Hace unos días, Inma Nieto preguntaba en el Parlamento de Andalucía al presidente de la Junta, Juanma Moreno sobre si iba a renovar a los 12.000 sanitarios de refuerzo por el covid que en diciembre acababan sus contratos. El presidente de la Junta dejó correr la cuestión y no respondió. Los 12.000 son una cifra redonda a la que se le presta atención desde los medios por todo lo originado alrededor de estos contratos, pero cada día hay en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) cientos de sanitarios que no saben cuál será su futuro.
Una de estas personas es Celia Gálvez, una enfermera de 25 años que hasta hace unas semanas estaba realizando la especialidad de salud mental en el Hospital Virgen de Valme, en Sevilla. Antes de sumarse a la lista de parados, Celia se despidió de la especialidad logrando el I Premio a la Mejor Enfermera Interna Residente, un galardón que lleva el nombre de María del Carmen Carrasco, enfermera fallecida por el covid durante la pandemia.
Era la primera vez que este premio se otorgaba a los residentes de enfermería y se ha impuesto a una decena de participantes por sus méritos laborales y académicos a lo largo de estos años. Y es que, cuando finalizó sus estudios en 2019, Celia no decidió incorporarse a la bolsa, sino preparar el EIR – el equivalente al MIR en Medicina, "iba directamente a por la plaza", señala a lavozdelsur.es. Tras realizar el examen en enero de 2020 llegó la pandemia.
Con el covid, por la escasez de puntos y su reciente inclusión en la bolsa de trabajo – que no está actualizada en la comunidad -, aunque faltaba personal, veía improbable que la llamaran en Andalucía, por lo que hizo las maletas y se marchó a Madrid hasta que tuviese que comenzar con la residencia de la especialidad, "se me ponen los vellos de punta porque en Madrid llamabas al hospital preguntando si necesitaban enfermeros y prácticamente se ponían a llorar".
Tras aquello regresó para la residencia en el Hospital Virgen de Valme hasta hoy. A pesar de que, desde el hospital, tanto a ella como a sus compañeros, se les ha intentado renovar de todas las formas posibles porque hay una necesidad real en este centro sanitario, finalmente no ha ocurrido por una decisión de servicios centrales.
De hecho, por los huecos que quedarán en unos días debido a la reestructuración habría espacio tanto para ella como para sus otros dos compañeros, "qué mejor que se queden trabajando personas que has formado allí, que conocen el área y que conocen a los pacientes", se lamenta. "Estamos a la cola de la ratio. Hay plazas y necesidad. Se ha estado bien de ratio cuando se ha hecho la contratación extra por covid. No es normal que lleves a 12 pacientes en una planta".
Ni por acto único (una convocatoria pública), ni con contratos de fidelización de residentes. Ninguna de las formas propuestas por el centro ha tenido el visto bueno del SAS, "dicen que no hay necesidad, que intentarán llamar cuando haya mayor necesidad", comenta Celia. Sin embargo, esta joven enfermera ya se huele lo que ocurrirá, "verán que no hay gente en bolsa, pero es porque no la tienen actualizada".
"Con contratos mes a mes o de seis meses, como mucho, es imposible echar raíces"
Está dispuesta a esperar algunos meses, aunque no eternamente. Si tras las navidades el teléfono no ha sonado desde Andalucía – algo de lo que tiene pocas esperanzas -, volverá a hacer las maletas. De hecho, ya tiene ofertas de otras comunidades. Por ejemplo, no descarta marcharse al País Vasco durante unos años a conseguir puntos para el futuro, una comunidad donde hay mayor apuesta por la salud mental y mejores condiciones laborales. "Me da coraje porque me quiero quedar aquí. Hemos sacado unas oposiciones a nivel nacional y he decidido formarme en Andalucía. Al final, ¿para qué tanto apremio si no puedo trabajar en mi tierra? Con contratos mes a mes o de seis meses, como mucho, es imposible echar raíces".
El problema de la especialidad
Uno de los grandes problemas que presenta Andalucía es la falta de organización en las bolsas. Para aquellos enfermeros en la bolsa generalista es más factible lograr trabajo, sin embargo, los que tienen especialidad se ven en desventaja porque en muchas ocasiones llaman a enfermeros generalistas para puestos específicos por la falta de actualización de las bolsas o la inexistencia de contratos que hagan que merezca la pena aceptar dichos puestos. Servicios que sólo se tienen que cubrir con enfermeras de salud mental se están cubriendo con enfermeras generalistas.
Esta circunstancia ha provocado que en alguna ocasión Celia haya tenido que enseñar sobre la marcha a enfermeras generalistas. "El SAS dice que no hay especialistas en bolsa pero es mentira. En salud mental se presentaron 300 en la última Oferta Pública de Empleo. Hay especialistas, pero los contratos son de mes a mes". Estas condiciones, sumadas a la falta de actualización de estas bolsas provocan que al final estos puestos sean para personas sin formación específica en la materia. Algo que se vuelve contraproducente. "Tengo compañeras que tienen una interinidad – contrato de mayor duración – de generalistas y no la van a dejar por un mes de especialista", cuenta sobre casos cercanos.
Otro de los ejemplos sobre esta situación está en un caso que conoce del Virgen del Rocío. Tras dos años preparándose en salud mental, ha sido llamada por el SAS para quirófano sin tener ni idea, "y eres tú el que puede estar en ese quirófano", recuerda Celia. "No es por capricho nuestro, sino por seguridad de la gente".
Otros casos de su entorno
Ella no es la única enfermera que piensa en marcharse. De hecho, conoce a gente que ya lo han hecho. Su compañera de residencia en el Valme, por ejemplo, ya tiene un contrato en Albacete. Otros compañeros de su promoción en el grado de Enfermería se marcharon a trabajar a Cataluña una vez acabada la carrera "y no han vuelto".
Entre tanto, la Junta no cumple su palabra, "mi compañero de piso fue de los contratos covid y en diciembre no le renovaron y se fue a Zaragoza. Otra gente estuvo en Madrid durante el covid, volvió a Andalucía tras un llamamiento del SAS para recuperarlos y cuando regresaron se han tenido que volver a ir porque no los han renovado". Aunque la Junta defiende que ya no se contrata por menos de seis meses, Celia niega que esto sea efectivo y asegura que se siguen haciendo mes a mes, "fuera te ofrecen interinidades con contratos de dos o tres años".
"Fuera te ofrecen interinidades con contratos de dos o tres años"
Una de estas situaciones ocurre en Castilla y León, donde la Junta está ofreciendo a las personas que termina la especialidad en la comunidad un contrato de fidelización de residente, de una duración mínima de seis meses y donde, incluso, daban a elegir el destino. El ejemplo contrario está en Andalucía, comunidad en la que a una compañera de 39 años que es especialista le han dado una interinidad como generalista hace tres meses después de años acumulando contratos mes a mes o con una duración máxima de seis meses.
Surge la pregunta de si conoce a alguien de su edad con contratos estables fuera de Andalucía y, aunque no los hay con plaza fija, sí conoce personas de su edad con interinidades de cierta duración en otras regiones como Madrid. "De mi generación nadie tiene un contrato en el SAS superior a seis meses".
En unas semanas en las que se ha hablado largo y tendido de atraer a personas de alto poder adquisitivo para que paguen impuestos en la comunidad, Celia comenta que "el País Vasco ofrece contratos buenos y atrae a la gente. Andalucía podría hacer lo mismo y que los sanitarios se queden. La gente termina volviendo, pero pasa años fuera para coger puntos hasta poder lograr una estabilidad y quedarse, aunque los sueldos sean más bajos. Queremos vivir aquí".
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