Andalucía tiene para 2025 un presupuesto de 15.247 millones de euros para la sanidad, lo que supone un incremento de casi 1.000 millones más que el año pasado. Con esa cantidad, el Gobierno de Juanma Moreno ha anunciado que se permitirá incrementar la plantilla estructural sanitaria en Andalucía en casi 7.000 personas a partir de 2025.
La promesa de la Junta de Andalucía, sin embargo, contrasta con la realidad que viven cada año los titulados en alguna de las ramas sanitarias. Recientemente, el Ilustre Colegio de Enfermería de Sevilla señalaba que casi 300 enfermeras habían tenido que marcharse de la provincia. Muchas de ellas con destino a otras comunidades.
Algunas familias tienen que despedir durante el curso a miembros que optan por buscar mejores condiciones o, simplemente, algún contrato, en otros lugares del país. En casa de Marta y Elena, sin embargo, fue por partida doble. Dos hermanas que, para más inri, son mellizas. Dos vidas unidas desde la infancia a las que también les ha tocado vivir los sinsabores del mercado laboral y sanitario andaluz.
Nacidas en Gines, estas enfermeras de 23 años decidieron emprender la carrera sanitaria por tradición familiar. Tanto su abuelo como su madre se han dedicado a la Enfermería. "Nos metieron en este mundo, hemos crecido juntas y hemos compartido gustos", cuenta Marta, quien finalizó la carrera este último año en el Centro Universitario San Juan de Dios de Bormujos. Elena, que finalizó su formación un año antes en la Universidad de Sevilla, añade que su madre "está enamorada del trabajo y siempre ha contado sus historias".
"La carrera es más idílica que la profesión en sí porque no te cuentan las dificultades para encontrar trabajo, aunque merece la pena". Son palabras Elena, pero podrían ser de Marta, ya que ambas tuvieron que emigrar a Madrid hace unos meses. Y es que aunque tras finalizar los estudios todo comenzó como esperaba con un contrato en el Hospital San Juan de Dios (de gestión privada pero puntuable para la bolsa del SAS), la realidad cambió pronto. En octubre, Elena se apuntó a la bolsa con la esperanza de que la llamaran. Pasó un mes, dos y tres sin que el teléfono sonara. Tuvo que replantearse la situación y comenzó a buscar fuera de Andalucía. A las 24 horas tenía ofertas desde el País Vasco, Cataluña y Madrid. Finalmente recabó en un hospital privado de la capital de España para asentarse, aunque en el momento que se interesó por el sistema público, no hubo problemas para que empezara a trabajar en el Gregorio Marañón.
Meses más tarde fue Marta la que se dio con la cruda realidad. "Siempre te dicen que Enfermería es una carrera donde vas a tener trabajo asegurado, pero en qué condiciones", dice. "Entre que no te llaman, que tienes que buscar de hospital en hospital y que los contratos son de una semana en un sitio y otra en otro, te tienes que ir de Andalucía buscando condiciones por las que te merezca la pena trabajar", asegura. Ella iba con ventaja porque su hermana ya tenía experiencia en Madrid. Fue quien la animó a probar suerte allí. "Me dijo que buscara piso primero y que luego mandara el currículum porque me iban a llamar seguro en verano". Esa misma mañana sonó el teléfono de la bolsa de Madrid, donde con cero puntos es posible encontrar un contrato en los hospitales públicos mientras en Andalucía el mínimo se sitúa en 45. Desde este verano, cuando comenzó a trabajar, ha logrado que los contratos se vayan prorrogando y actualmente tiene una especie de media jornada en el Gregorio Marañón que complementa trabajando en la privada.
Elena también ha conseguido cierta estabilidad en la capital de España gracias a ir enlazando un contrato tras otro. "Al primer hospital que fui me dijeron que sí para todo el verano. Cuando acabé me ofrecieron otro contrato, aunque en otro servicio", afirma sobre el Gregorio Marañón, un lugar donde "éramos más trabajadores andaluces que madrileños".
Esta situación provoca resignación. "Es un poco fuerte, nadie se va de su comunidad porque quiere. Es triste tenerlo que dejar todo. Más en una comunidad tan grande y con tantos habitantes", señala. Su aventura, no obstante, sirvió para que Marta lo tuviera más fácil. "Tenía la esperanza de que se quedara en Sevilla", reconoce, "pero yo sabía que en el Marañón se rifan los contratos. Estaban desesperados por contratar y aquí te dan a elegir. En Andalucía te ofrecen una o dos opciones y si no te convencen te penalizan y tienes que volver a empezar".
Otro de los factores diferenciales es que en Madrid el contrato mínimo que han logrado ha sido de tres meses, aunque en todos los casos se ha prorrogado. "En Andalucía es un mes como mucho, tengo amigas a las que han llamado en Sevilla para dos o tres semanas. La gente no se puede permitir esa incertidumbre", argumenta Elena. El entorno de Marta es similar. "En mi clase la gente ha trabajado en verano, pero luego no te renuevan y te tienes que quedar de brazos cruzados. Algunos se han ido a Bilbao porque aquí lo máximo que les han dado ha sido una semana en un centro de salud". Nueve meses después de finalizar la carrera, aún no ha recibido una sola llamada del SAS.
Lo económico no supone una diferencia sustancial, pese a que en Madrid los salarios para las enfermeras son superiores. Sí lo supone la estabilidad. Ahora, ambas hermanas preparan las oposiciones del SAS para 2025 con el objetivo de conseguir puntos en la bolsa. En cualquier caso, tanto Elena como Marta son conscientes de que quizás toca un largo periodo en la capital. "Mi idea es volverme, pero dentro de un tiempo porque no quiero venir sin nada cerrado", dice una de ellas. "De momento me voy a quedar en Madrid y salvo que me ofrezcan algo muy bueno no creo que vuelva", añade la otra haciendo referencia a un contrato de, mínimo, seis meses.
El principal escollo que encuentran las nuevas graduadas es la falta de actualización de la bolsa. "No puede estar dos años sin abrirse mientras nosotros hacemos expertos, máster y oposiciones porque entonces no se ve el resultado. He estado en tres hospitales diferentes durante bastante tiempo y me consta cero puntos porque no se actualiza la bolsa y no aparece que hayas trabajado", denuncian. "Es una cadena, si la bolsa no funciona bien, lo demás no va a funcionar".
Criticas a la Junta desde el Colegio de Enfermería de Sevilla
Recientemente, el Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Sevilla ha criticado a la Junta de Andalucía por querer poner en marcha un sistema de captación de profesionales extracomunitarios en el SAS mientras las enfermeras formadas en Sevilla tienen que emigrar. El Gobierno andaluz defendió que la iniciativa nace por el "aumento progresivo de la escasez de determinados profesionales".
"La falta de oportunidades y la precariedad laboral, que afecta tanto a los profesionales nacionales como extranjeros en el SAS, está marcada por contratos de corta duración, incluso de apenas unos días para cubrir ausencias en la plantilla del SAS y por la sobrecarga de los puestos que se ofertan", denuncia el ICOES. Esta institución añade que en la provincia existe un déficit de 7.000 enfermeras, siendo la quinta del país que más profesionales necesita. Por ello, pide que se impida este 'éxodo' con "contratos más atractivos en los servicios públicos de salud".
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