Una mañana del 9 de diciembre del año 2002, Canelo fue atropellado por un Volvo en el paso de peatones del Hospital Puerta del Mar. Durante doce años estuvo acudiendo a la puerta de dicho centro hospitalario de Cádiz con la esperanza de volver a reencontrarse con su dueño, que ingresó en 1990 para someterse a una diálisis. Ya nunca más volvería a salir con vida.
El Hachiko de Cádiz se mantuvo fiel hasta el final de sus días. Hasta en dos ocasiones se lo llevaron a la perrera y hubo movilizaciones ciudadanas para que fuera devuelto a la calle. También fue adoptado por dos familias, pero el perro de todos los gaditanos, como era conocido, se las apañaba para regresar siempre a las puertas del hospital.
Allí cerca, una calle incluso cuenta con una placa con el nombre de Canelo, recordando esta emotiva historia. "A Canelo, que durante 12 años esperó en las puertas del hospital a su amo fallecido. El pueblo de Cádiz como homenaje a su fidelidad. Mayo de 2004".
Aunque han pasado veinte años ya de su muerte, todavía hay muchos ciudadanos en la Tacita de Plata que recuerdan al que posiblemente sea el perro más conocido de toda España.
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