La “marea naranja” de cazadores de toda España superó, según fuentes de la Federación Andaluza de Caza, el medio millón de manifestantes “en una jornada histórica para la caza y el mundo rural”. La FAC asegura que movilizó a más de 20.000 cazadores en 350 autobuses, superando los 60.000 andaluces que se unieron a los autobuses desplazándose en sus coches y en el transporte público “para llevar a Madrid la voz de la caza andaluza”.
Según la FAC, la protesta ha surgido por el anteproyecto de Ley de Bienestar Animal, "redactado sin consenso ni interlocución alguna con el sector cinegético, la prohibición de caza de la tórtola ó el silvestrismo por parte de un Ministerio de Transición Ecológica que amenaza ya el aprovechamiento cinegético de otras especies emblemáticas como el zorzal o la perdiz, y el impulso desde el Ministerio de Agricultura de una tardía y estéril Estrategia Nacional de Gestión Cinegética que no soluciona los problemas del sector". Estas fueron algunas de las razones que llevaron a los cazadores a una "movilización histórica en la que también se escucharon las demandas del mundo rural en las voces de agricultores, ganaderos, taurinos y demás sectores del campo español".
Además, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó el pasado mes la concesión de la Medalla de Andalucía al Mérito Medioambiental 2022 a la Federación Andaluza de Caza "por su compromiso y trabajo a favor de la conservación del patrimonio natural andaluz y su biodiversidad".
Pacma, sin miedo a llevar la contraria
El Partido Animalista Pacma ha sido la única voz política abiertamente discordante sobre la manifestación del 20M Rural, argumentando que la defensa del campo está siendo llevada por “el lado equivocado”. La formación política defiende un mundo rural libre de explotación animal, contaminación, invasión de espacios naturales, caza, ganaderías de bravo, plomo y en defensa del turismo rural, la reconversión ganadera hacia una agricultura sostenible, el fin de la cinegética y la tauromaquia, y afirma que ningún otro partido político está en posición de comprometerse hasta ese nivel por miedo a perder votos.
“Los lobbys de la caza y los toros son fuertes y tienen medios”, afirma el presidente del Partido Animalista, Javier Luna, “pero pierden fuerza con el paso del tiempo y el alzamiento de las voces de quienes no están de acuerdo con el maltrato animal ni con su forma de gestionar el medio rural”, continúa.
Con el pasar de los años, el Partido Animalista asegura haber vivido “la caída libre" de la tauromaquia y la caza remendadas a base de subvenciones e inyecciones de dinero público”. “Mientras las administraciones sigan apostando por convertir España en una macrogranja, aceptando sistemáticamente sanciones de Europa por los altos niveles de contaminación y permitiendo a los cazadores gobernar el campo, el mundo rural está abocado a dejar de existir tal y como lo conocemos, y eso es exactamente lo que ya está pasando”, declaran.
“Se precisa inversión en actividades ociosas, atractivas y sostenibles para poder disfrutar de un turismo rural responsable y, por supuesto, una inyección de ayudas y bonificaciones para empresas que desarrollen modelos de producción equilibrados y orientados a la conservación del medioambiente, priorizando la agricultura ecológica. Ello solo se conseguirá motivando a los trabajadores del campo a abandonar viejos modelos de explotación, que son los que precisamente agonizan hoy en día, afirma el Partido Animalista.