Después de que Ryanair anuncie su marcha del Aeropuerto de Jerez, lo que ha provocado numerosas reacciones a nivel político y social, la compañía ha cargado contra Aena, una gestora aeroportuaria a la que acusa de "engañar" a los españoles con sus tarifas.
"Aena debería preguntarse por qué Ryanair tiene ocho millones de pasajeros anuales en Málaga y ninguno en Granada. La respuesta es que las tarifas aeroportuarias de Granada son demasiado altas, un problema común en el ámbito regional español", asegura la aerolínea en un comunicado.
"El aeropuerto regional de mayor crecimiento en España es Castellón, que no está gestionado por Aena", asegura Ryanair, que critica duramente a la gestora aeroportuaria, que no ha tardado en responder a estas acusaciones.
"Las tarifas aeroportuarias de Aena y los incentivos comerciales a las aerolíneas que sufraga Aena son públicos y transparentes y, por tanto, se pueden consultar fácilmente", señala la gestora, que asegura que "proporciona las máximas facilidades a las más de 150 aerolíneas que operan en los aeropuertos españoles, tal y como lo demuestran los récords históricos sucesivos de tráfico aéreo en España en 2023 y 2024".
"El aeropuerto de Castellón, inaugurado en 2011 y acompañado de una densa polémica durante algunos años, no es propiedad de Aena y necesita recurrentes aportaciones económicas de los contribuyentes para garantizar su viabilidad económico-financiera. En cambio, todos los aeropuertos de Aena funcionan sin respaldo financiero público, apoyados exclusivamente en los ingresos obtenidos de los clientes y usuarios de las infraestructuras", incide Aena.
Aena reitera que las exigencias constantes y apremiantes de Ryanair, desprovistas de cualquier decoro, respecto a las tarifas aeroportuarias de Aena, podrían conculcar la Ley 18/2014 y, por tanto, ser ilegales. Adicionalmente, podrían considerarse ayudas de Estado por parte de la Comisión Europa.
A finales de octubre de 2024 Aena aprobó un nuevo incentivo comercial específico para los 17 aeropuertos denominados regionales (menos de tres millones de pasajeros anuales) que no habían recuperado los niveles de tráfico previos a la pandemia: un 100% de descuento a las aerolíneas de las prestaciones de los epígrafes de las tarifas aeroportuarias correspondientes a seguridad aeroportuaria y PMR (Pasajeros con Movilidad Reducida) a los viajeros adicionales con respecto a la temporada equivalente de 2023.
Este incentivo se sumó al incentivo comercial preexistente aprobado por Aena para el periodo 2024-2026 que supone un 100% de descuento a las aerolíneas de la tarifa de pasajero para todos los viajeros adicionales para cada compañía aérea con respecto a los pasajeros en la temporada equivalente de 2023.
Aena reafirma categóricamente que, en los aeropuertos regionales a los que apunta Ryanair, la aplicación de los incentivos comerciales de Aena referidos, disponibles para todas las compañías aéreas, rebaja las tarifas aeroportuarias efectivamente pagadas por cualquier línea aérea hasta el entorno de los 2 euros por pasajero.
"Aunque lo disfrace con una retórica grandilocuente, la pretensión de Ryanair con su pressing público constante es simple: utilizar buena parte de los aeropuertos españoles gratis, lo cual quebraría la viabilidad financiera a largo plazo del sistema aeroportuario español, cuyo funcionamiento actual es considerado por los expertos un ejemplo de buena gestión internacional", señala Aena.
"La estrategia cortoplacista de Ryanair no es compatible con un sistema aeroportuario español preparado para atender la demanda futura de transporte aéreo", reseña la gestora, que considera que "Ryanair pretende, subrepticiamente y sin ninguna razón sólida, conseguir una pura transferencia de renta: que los accionistas de Aena – entre los que se encuentran todos los ciudadanos españoles, pues el Estado español posee el 51% de la empresa– transfieran su dinero al bolsillo de los accionistas y los directivos de la aerolínea".
Aena insta cordialmente a Ryanair a "serenarse y abandonar su inveterada y lamentablemente famosa estrategia empresarial y comunicativa mendaz, agresiva y amenazante, que es muy difícil no interpretar como un chantaje a Aena, a los territorios y, en última instancia, a la ciudadanía española".