Duchándose siempre con agua fría, tapándose con tres edredones durante los meses de frío y comiendo a base de dulces, conservas y algunas frutas y tomates que podía coger de los vecinos. Así vivía el niño que desde los 7 hasta los 9 años ha estado viviendo solo en una pequeña localidad de Francia.
Su madre abandonó al menor que, a pesar de estar solo, no dejó de ir al colegio, sacando buenas notas. Estaba aseado y siempre llevaba los deberes hechos. En el colegio insisten en que no sospechaban nada sobre la situación de abandono en la que se encontraba el menor.
Sin electricidad ni calefacción, los agentes policiales que registraron el apartamento en el que vivía el menor comprobaron que no había ropa de adultos ni comida en la nevera.
"Mi marido y yo veíamos que el chico nos robaba comida que dejábamos en el balcón, pero como estaba solo le dejábamos", ha afirmado una vecina del pequeño.
El caso ha conmovido a Francia y está dando la vuelta al mundo entero por la aterradora vivencia a la que se ha tenido que enfrentar el pequeño a tan corta edad.
La madre, que fue condenada por abandono del menor a 18 meses de prisión, reducidos al final a seis, no teniendo que ir a la cárcel y estando controlada con una pulsera eléctrica, acudía cada muchos meses a ver al menor, que ya vive con una familia de acogida.