El auge del teletrabajo desde la pandemia, hace ahora cinco años, ha impulsado el crecimiento de los nómadas digitales. Con la posibilidad de desempeñar sus funciones solo con un ordenador y una conexión a internet, muchas personas han convertido bares y cafeterías en oficinas itinerantes. No obstante, esta tendencia afecta a los negocios hosteleros, que ven reducida su rentabilidad ante clientes que ocupan sus mesas durante largos periodos sin un consumo significativo.
Ante esta situación, algunos establecimientos han optado por regular el tiempo de permanencia según el importe de la consumición. Un ejemplo es un bar en Granada que ha establecido un límite de tiempo por cliente en función de su gasto. De media, quienes teletrabajan en este local, La Qarmita, una librería-cafetería ubicada en la céntrica calle Águila, durante cuatro horas al día deben consumir al menos 12 euros. Para garantizar el cumplimiento de esta norma, los tickets incluyen la hora límite en la que el cliente debe realizar una nueva compra o abandonar la mesa.
Esta estrategia permite equilibrar la presencia de teletrabajadores con la rentabilidad del negocio. Según informa Telecinco con este sistema de consumo por tiempo, en el que un café permite permanecer en el local cerca de una hora y media, la cafetería ha logrado mantener su modelo de negocio sin perjudicar a los clientes que teletrabajan.
Desde el establecimiento explican que "nosotros no tenemos problema con lo que cada persona viene a hacer, eso es su asunto". Sin embargo, justifican la aplicación de medidas afirmando que "nuestro problema es ganar dinero con el servicio que prestamos".
El crecimiento del teletrabajo ha cambiado los hábitos de consumo en la hostelería
Cada cliente recibe un ticket con el tiempo de permanencia que le corresponde en función de su consumo. Desde el local aseguran que la mayoría de las personas comprenden la medida, ya que "si no, no sale rentable". Este bar de Granada no es un caso aislado, ya que otros establecimientos están adoptando estrategias similares para evitar la ocupación prolongada de mesas sin una contrapartida económica.
Cada vez más cafeterías han tomado conciencia de este fenómeno, que impacta en la rotación de clientes y en la sostenibilidad del negocio. El reto para estos locales es encontrar un equilibrio entre ofrecer un espacio atractivo para quienes teletrabajan y garantizar su viabilidad económica.
El crecimiento del teletrabajo ha cambiado los hábitos de consumo en la hostelería. Mientras algunos locales ven en esta tendencia una oportunidad para atraer a una clientela fiel, otros buscan estrategias para evitar que el uso prolongado de mesas sin consumo suficiente afecte a sus ingresos.
La adaptación del sector hostelero a estos nuevos hábitos laborales sigue en evolución. Con medidas como la implementada en Granada, los bares y cafeterías intentan hacer compatible el teletrabajo con la rentabilidad de sus negocios, sin perjudicar la experiencia de sus clientes.