Los científicos llevan tiempo avisando. El planeta puede sufrir en un corto periodo de tiempo un colapso de consecuencias catastróficas para la humanidad. ¿Alarmismo o realidad?
La subida de temperaturas que está sufriendo la Tierra está poniendo en riesgo la Corriente Circular del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés: Atlantic Meridional Overturning Circultation).
Hace un año, un grupo de investigadores de la Universidad de Copenhague publicaba un estudio en el que aseguraba que la AMOC colapsará entre 2025 y 2095 con un "95% de certeza". Los científicos hablaban por entonces de que "lo más probable es que ocurra en 34 años, en 2057".
Recientes estudios han bajado de manera preocupante la estimación de ese colapso y ya hay expertos que hablan de principios de la próxima década. La Corriente Circular del Atlántico es el proceso por el que las aguas cálidas se mueven hacia los polos donde se enfrían para congelarse.
De dicha corriente depende en parte el sistema climático del planeta, ya que funciona como una bomba de calor o disipador del mismo. El colapso de la AMOC ya se está notando y si colapsa podría provocar una glaciación en los polos que supondría una catástrofe.
Empieza a haber una convergencia en las diferentes investigaciones. Empieza a hacerse probable un colapso rápido de la AMOC. Quizá deberíamos comenzar a tomarnos en serio lo de nuestra supervivencia https://t.co/aWwPKLWIcH
— Antonio Turiel (@amturiel) June 4, 2024
Stefan Rahmstorf, jefe de análisis del sistema terrestre en el Instituto de Investigación del Impacto Climático de Alemania, ha lanzado un mensaje preocupante en redes, donde señala que el colapso de la Corriente Circular del Atlántico podría llegar en la próxima década.
Rahmstorf en un estudio publicado en Oceanography, detalla: "La circulación meridional del Atlántico tiene un impacto importante en el clima, no solo en el Atlántico norte sino a nivel mundial. Los datos paleoclimáticos muestran que ha sido inestable en el pasado, lo que ha provocado algunos de los cambios climáticos más dramáticos y abruptos que se conocen. Estas inestabilidades se deben a dos tipos diferentes de puntos de inflexión, uno vinculado a la retroalimentación amplificada en el transporte de sal a gran escala y el otro a la mezcla convectiva que impulsa el flujo. Estos puntos de inflexión presentan un riesgo importante de circulación oceánica abrupta y cambios climáticos a medida que empujamos a nuestro planeta fuera del clima estable del Holoceno hacia aguas inexploradas".
"Quizá deberíamos comenzar a tomarnos en serio lo de la supervivencia", ha señalado también en redes Antonio Turiel, investigador científico en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC.
¿Se podría frenar este posible colapso? ¿Está el planeta ante su última oportunidad? Rahmstorf entiende que "la única acción que podemos tomar para minimizar el riesgo es eliminar gradualmente el uso de combustibles fósiles y detener la deforestación lo más rápido posible. Si podemos alcanzar cero emisiones, el calentamiento global se detendrá en unos años, y cuanto antes suceda, menor será el riesgo de superar puntos de inflexión devastadores. También minimizaría muchas otras pérdidas, daños y sufrimiento humano derivados de los impactos regulares del calentamiento global (por ejemplo, olas de calor, inundaciones, sequías, pérdidas de cosechas, incendios forestales, aumento del nivel del mar), que ya están ocurriendo a nuestro alrededor incluso sin el paso del tiempo".
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