La crisis del hielo que se está viviendo en toda España apunta a ser el comienzo de un cambio total en la dinámica de compraventa de este producto. Al menos, así lo ve Sergio Morales, dueño de la empresa Hielos La Entrega, ubicada en Guadalcacín, Entidad Local Autónoma de Jerez, que asegura que "esta situación la han provocado los fabricantes que han especulado con el hielo y los compradores que no le han dado ningún valor".
Para él, el mercado del hielo "lleva sin avanzar muchos años. No es lógico que se mantenga el precio fijo cuando todas las materias primas estaban subiendo progresivamente y ahora que se ha producido esta situación de crisis energética se ha hecho más notable".
Porque sí, el problema con el hielo se ha hecho visible ahora, cuando las altísimas temperaturas que se han registrado desde muy pronto, el imparable ascenso del precio de la energía y el aumento exponencial de la demanda tras la pandemia han creado una 'tormenta perfecta', pero el mercado ya amenazaba con colapsar mucho antes.
Pero vayamos por partes. Actualmente existe una situación de escasez debido a que la subida del precio de la electricidad no permite almacenar el hielo como en años anteriores. "De cara al verano, que es la época de mayor demanda, empezamos mucho antes a fabricar y acumular hielo pero este año no hemos podido utilizar todos los contenedores frigoríficos porque los precios son prohibitivos. Para subsistir hemos intentado gastar una cantidad similar en electricidad a costa de tener menos almacenaje y, por tanto, disponer de menos hielo", cuenta el empresario.
Sergio Morales añade que "con una subida de entre el 40% y el 50% del precio con respecto a otros años ninguna empresa ha podido acumular hielo". De esta forma, hay que buscar alternativas para mantener la distribución. En su caso, han decidido mantener los envíos únicamente a sus clientes habituales y racionalizar la cantidad. "Si antes dábamos cuatro bolsas a un cliente ahora le damos dos, a otro a lo mejor le dejamos una semana sin servicio... es lo único que podemos hacer".
Ellos intentan responder en la medida de lo posible a todas las peticiones que reciben. "Podíamos haber seleccionado y dejar a unos sin nada a costa de seguir como antes con otros, pero no nos pareció ético", dice, a lo que añade decepcionado que "hay muy poco entendimiento por parte de la sociedad. Todo son críticas y falta de comprensión y no piensan que estamos intentando mantener un suministro mínimo para todos".
Para este empresario, esto ha saltado a los medios muy pronto. "A principios de julio se alertó por primera vez de la escasez de hielo y se generó un estado de histeria en el que la gente corrió a los supermercados a abastecerse de hielo. Si tenemos menos hielo y encima la persona que consumía una bolsa ahora compra cinco y el bar que antes llenaba un arcón ahora quiere llenar tres pues es lógico que acabe colapsando todo".
Y es que, como denuncia, "nadie le ha dado importancia al hielo. Ni los empresarios que lo han estado vendiendo demasiado barato, ni los que ahora han intentado hacerse con enormes cantidades para sacarle beneficio, ni los compradores, que lo consumen como si nada y lo que sobre pues se tira y que se derrita". "Total, solo es hielo", apostilla.
Con el comienzo de agosto llega la fase clave del período veraniego, en el que el consumo se dispara. "Esta semana con el puente es el pico de ventas de todo el verano. Mucha gente está de vacaciones, es cuando más festivales se celebran y todos los establecimientos de hostelería, discotecas y demás están hasta arriba", comenta.
El futuro de la industria del hielo
Sergio Morales espera que la bajada de las temperaturas que se ha registrado esta semana se mantenga hasta el final del verano porque "esta situación nos va a dar un respiro", pero aún así cree que no se van a producir retrocesos en cuanto al precio y la nueva consideración del hielo. "El mercado necesitaba regularse. Aunque ha ocurrido por las malas era necesario que subieran los precios".
Como indica, "comprar una bolsa de hielo a 50 o a 80 céntimos es de risa. Quienes han seguido especulando han contribuido a que ahora estemos así". Además, añade que "si estuvieran a 1,50 o a 2 euros seguro que la gente respetaba más el producto y no compraría más de lo que necesita".
El hecho de que muchos establecimientos se hayan quedado sin hielo ha abierto un filón para que otros sin escrúpulos hayan sacado la mercancía que tenían guardada para venderla a un precio mucho más alto. "Si no hay hielo en otro lado tendrás que comprarlo al precio que sea. Ha habido quien se ha aprovechado de esta situación para lucrarse", denuncia.
El resultado es que el mercado del hielo está completamente desvirtuado y, desde el punto de vista de este empresario, es necesario establecer unos límites de precios de inmediato. "Antes de la campaña de verano habíamos tenido que aumentar el precio entre un 30% y un 40% y aún así no ha sido suficiente para paliar la crisis energética. En septiembre volveremos a reunirnos para analizar en profundidad la situación y tomar medidas de cara al invierno y el año próximo", dice.
Lo que sí avanza es que "la época de las bolsas de hielo a 80 céntimos se ha acabado. El mercado del hielo lleva años estancado por la competencia desleal y ahora como con tantos otros productos resulta de urgencia volver a regularlo".
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