La planta de Las Calandrias, en Jerez, que da uso para el reciclaje a varias localidades de la provincia, trabaja este verano con las miras puestas en absorber la gran cantidad de residuos que genera una población duplicada por el turismo, cuando, por suerte, va creciendo la actividad de la hostelería. "En el periodo vacacional existe cierta relajación, hay un mayor número de turistas, pero tenemos que ser conscientes de la importancia que tiene realizar una correcta separación en origen", explica Lorena de la Torre, adjunta a dirección de la planta.
Así, esta factoría ubicada en la barriada rural de El Portal de Jerez, realiza un enorme esfuerzo por realizar todo el proceso de reciclaje. En un primer paso, los camiones descargan los residuos, que los llevan en dos compartimentos según el tipo de contenedor, el gris o el amarillo. "El contenedor gris es para los residuos domésticos. Los residuos voluminosos hay que mandarlos al punto limpio del Ayuntamiento", recuerda Gaspar Gallego, capataz de la planta.
Para llegar del foso hasta las cintas de tratado, se realiza un proceso de tratamiento y separación, a través de unos ganchos enormes que retiran los metálicos y unos trómeles enormes que se dedican a descomponer la basura, a romper las bolsas, en una especie de lavadora gigante inclinada y con ganchos en su interior. "La materia orgánica se trata y se hace abono para ser aprovechada para los campos", apunta Gaspar.
Por otro lado, el factor humano entra en juego para retirar muchos envases que llegan al contenedor de orgánicos, y otros elementos que son más difíciles de recuperar y que se separan manualmente para su posterior tratamiento, desde cartones, aluminios y plásticos.
"Uno de los problemas que nos encontramos al tratar los residuos del contenedor amarillo son las cosas que tiran en él y que no deberían estar", señala Mariló Pérez, capataz de planta.
Frigoríficos, ruedas de neumáticos, chasis de bicicleta o microondas. Un paseo alrededor de las montañas de residuos revela todo tipo de objetos que están fuera de lugar como las cestas de fruta, un colchón o un calefactor. "En este contenedor solo debemos tirar envases de plástico, bricks, latas y botes metálicos", insiste. A su vez, el vidrio se debe depositar en el contenedor verde mientras que el papel y el cartón, en el azul y las mascarillas y los goteros van al contenedor gris.
Así, la separación en residuos en general frente a los envases del contenedor amarillo es una labor ciudadana que es en estos tiempos más importante que nunca. Las Calandrias pondrán de su parte para recuperar el máximo, pero si los vecinos ponen de su parte, será más sencillo y eficiente el trabajo realizado en Las Calandrias.
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