La tensión y cargas policiales en pleno centro de Granada el pasado lunes por el intento de desalojo de un centro social por parte de la empresa AMA Desokupa han terminado por la salida definitiva del edificio. La salida, pactada entre los activistas y la propietaria tras los altercados, que llegaron a llenar de vehículos y furgones policiales completo parte de la Gran Vía, una de las zonas más céntricas y turísticas de la ciudad, se dará en los próximos dos meses.
Todo después de una jornada que dejó varios heridos, una presencia policial de casi 12 horas y la acumulación de decenas de personas en la calle Azacayas, en una escena que hacía tiempo no se vivía en esta zona de la ciudad.
En un comunicado, la CSO La Madriguera, nombre del colectivo que estaba empezando a gestionar este edificio okupado, señaló la decisión, tomada tras conversar con la propietaria de este edificio en plena trifulca entre la empresa y los manifestantes. El lugar, anteriormente sede de la Consejería de Presidencia e Igualdad de la Junta, fue adquirido por la propietaria, una condición desconocida por los activistas y, que, inciden en el documento “no va alineado con nuestra filosofía” por lo que decidieron “empezar a plantearse si era coherente resistir en este espacio”.
Todo con la condición de que en esos dos meses en los que se dará el desalojo, los desokupas no pasen por la zona. Los activistas, en este sentido, insisten el comunicado que, incluso, llegaron a preguntar en el Registro de la Propiedad por el carácter del inmueble para saber si era público o estaba en manos de un particular.
El pacto que se tomó finalmente con esta, que se tomó llegada ya la madrugada del lunes, en todo caso se llevó a cabo con la tensión ya agitada, varias horas de cargas policiales y una presencia, la de esta empresa de desokupación, que no hizo más que enervar los ánimos y atraer aún más gente a la zona.

Algunos apoyos vinieron por la agitación en redes sociales por las imágenes de la actuación policial contra manifestantes, otros improvisados de gente que pasaba por la zona y otros tantos curiosos que no entendían muy bien qué estaba pasando. El “servicio” de desokupas, contratado por la propia dueña del inmueble, llevaba desde las 8 de la mañana intentando acceder, sin orden judicial y tomándose la justicia por su mano de cara al desalojo. La acción de la empresa acabó con un detenido y varias personas teniendo que ser atendidas por los servicios médicos.
Varios heridos y un hospitalizado
No eran más que 10 los miembros de AMA Desokupa que se acercaron al edificio para hacer un “control de seguridad, un eufemismo para intentar por la fuerza el desalojo del sitio y que “encendió las alarmas”, señalan los okupantes, que hizo pedir ese apoyo por redes sociales que dio lugar a las primeras trifulcas. Les dieron un ultimátum hasta el mediodía, momento en que, ya con la presencia de la policía dio pie a un enfrentamiento de un cordón humano entre quienes intentaban pasar comida al interior del edificio, la decena de integrantes de la empresa y el operativo policial.
El altercado, con todos los medios de comunicación locales ya presentes, acabó teniendo como consecuencia una movilización de manifestantes mayor a la zona, cronificando la tensión en esta bocacalle del centro histórico y llevando a las autoridades policiales a desplegar un dispositivo que duró varias horas. Esa movilización, además, tuvo como incentivo las primeras informaciones sobre los heridos. Uno de ellos fue operado este martes.
lavozdelsur.es pudo hablar con uno de esos heridos esa misma jornada, señalando este “fuertes contusiones en al espalda, piernas y manos” que le obligaron a ser atendido también en el hospital. También se llevó a cabo una detención por parte de la Policía por desobediencia y resistencia a la autoridad. El detenido ya ha sido puesto en libertad según fuentes judiciales, con la obligación de comparecer dos veces al mes en el juzgado.
Desde el CSO La Madriguera han denunciado, por su parte, acciones legales contra la empresa y posibles acciones y manifestaciones por la “brutalidad policial” con que se accionó por parte de los antidisturbios. Denuncian incluso “complicidad” en las acciones entre Policía y la empresa de desokupación a la hora de ejercer la “violencia” contra los que estaban allí dando apoyo a los okupas. Señalan asimismo que apoyaran los procesos legales que se lleven a cabo por el episodio. El subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, ha apuntado, por su parte, que dichas cargas policiales no existieron y que “la actuación fue correcta” y que el operativo se limitó a “separar a ambos grupos”.
Nuevas okupaciones en la zona más tensionada de la capital
Toda vez que el pacto entre los activistas y la propietaria se ha llevado a cabo y que el propio CSO ha decidido no continuar del edificio, el conflicto ha terminado, aunque no la actividad. Tanto de la empresa como de los activistas, que ya han anunciado que el abandono del espacio no significa que no continúe habiendo actividad en un futuro.
Para AMA Desokupa se trata de la primera acción en la que su nombre se lleva titulares y atención mediática, un hecho que no había tenido lugar en la capital granadina hasta el momento, aún a pesar de que estas empresas llevan teniendo presencia en las grandes capitales de toda España desde hace años. Para la CSO La Madriguera y los movimientos sociales en Granada es también un antes y un después. Las movilizaciones por la vivienda no habían tenido excesiva acogida en la ciudad, caso contrario de Málaga, sin ir más lejos.
La manifestación del pasado año apenas acumuló unos centenares de personas en la calle, mientras que en todo el país acumularon titulares en medios nacionales. A pesar de que en la pasada década Granada fuera uno de los puntos calientes de movimientos como Stop Deshaucios o el 15-M en Andalucía, la actual situación era más bien calmada. La intención de este colectivo era la de dinamizar con talleres y diversos proyectos como un comedor social. No habían tenido un altercado así hasta la fecha a pesar de llevar desde el pasado diciembre en el edificio.
Sobre el contexto en el que se produce, la mecha que puede encenderse tras lo acontecido esta semana tiene un sentido también estructural. Granada tiene un 24% de presión turística en dos de sus barrios más emblemáticos, Albaicín y Centro-Sagrario, y tanto los pisos turísticos como el proceso de vaciamiento de vecinos y la gentrificación y transformación del tejido de esta zona ha sido denunciada en varias ocasiones por las asociaciones de vecinos en los últimos años.