Los centros de salud de Jerez han sufrido dos graves agresiones en las dos últimas semanas. Si hoy jueves se producía una concentración de trabajadores del centro de salud de Las Delicias en repulsa por los hechos acaecidos el día anterior en sus instalaciones, cuando un usuario se lio a golpes con parte del mobiliario, causando graves destrozos también en los ordenadores –al parecer porque su médica de familia tenía ese día horario de tarde y no le iba a atender–, se ha sabido ahora también que el pasado día 27 de diciembre se produjeron unos hechos similares en el centro de salud de San Dionisio, Jerez Centro.
Una pareja (hombre y mujer) irrumpió esa tarde en dicho centro de salud y amedrentó a dos profesionales que en ese momento se encontraban de turno de tarde. El personal llamó a la Policía, que en ese momento dijo –siempre según los sanitarios– que no tenía unidades disponibles y la cosa afortunadamente no fue más allá de algunas voces, patadas a las sillas y golpes al mobiliario, entre otras cosas porque el varón medió y convenció a su pareja, que era la que se encontraba fuera de sí, para abandonar las instalaciones tras unos minutos de pavor entre el personal del centro.
Los sanitarios tenían pensado elevar una CATI (una comunicación de accidente e incidente de carácter interna del propio SAS), pero este extremo no ha sido confirmado por este medio. En lo que sí ha vuelto a incidir el personal sanitario del Arroyo –al igual que sus compañeros de Las Delicias– es en la necesidad de contar con seguridad durante todo el tiempo que se presta atención a los ciudadanos, es decir, volver a tener un vigilante de seguridad en los turnos de mañana y tarde, y no únicamente en las urgencias, que en los días de diario comienzan a las ocho de la tarde.
En realidad, desde hace meses en el centro de salud del Arroyo se vive en un continuo sobresalto relacionado con el tema de la seguridad. Hace cosa de mes y medio, una persona –un varón, según quedó reflejado en algunas cámaras– aprovechó que por las tardes apenas hay actividad en las plantas superiores del edificio, para sustraer distinto material informático de algunos despachos cuyas puertas forzó previamente, en una acción que pasó totalmente desapercibida para el personal sanitario que se encontraba trabajando en esos momentos. Se trata de una acción un tanto extraña, tanto por el modus operandi como por lo que podía estar buscando el individuo.
Entre agresiones físicas, verbales, amenazas, voces extemporáneas y/o destrozos, en la provincia de Cádiz se producen del orden de unos 240 incidentes anuales, según las cifras oficiales.
Hay que insistir en la importancia que el personal sanitario da al hecho de contar con vigilancia de seguridad, que se implantó después del aumento de agresiones que se produjo tras la pandemia del covid. Los sanitarios se agarran a los números para defender esta medida, ya que es un hecho constatable que las mismas bajaron con la implementación de la seguridad privada y volvieron a subir cuando el SAS prescindió de ella.
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