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"La ciencia tiene que ser que más empática, horizontal y feminista"

Marga López Rivas, investigadora y la única andaluza en una expedición de científicas de todo el mundo a la Antártida, participa en San Fernando en los actos por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Marga López Rivas, doctora en Biología.
Marga López Rivas, doctora en Biología. MANU GARCÍA
16 de febrero de 2025 a las 08:21h

Imagínense a alguien en primera línea de la ciencia, ¿acaso sería mujer? Marga López Rivas (Almería, 1978), doctora en Biología y profesora en la Universidad de Cádiz, científica e investigadora, fue la única andaluza en una expedición de científicas de todo el mundo a la Antártida. López Rivas no sólo divulga su actividad científica y la necesidad de que las niñas tengan referentes y las mujeres den el paso a la ciencia, sino que aboga por un cambio en el sistema para que las científicas no se queden por el camino en la carrera de la investigación y la ciencia sea más completa e inclusiva con la mitad de la población. En San Fernando, invitada para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, le dice a escolares de primera mano que a la ciencia sí se llega, que se puede alcanzar el espacio, el fondo marino o el continente blanco.

Está en San Fernando con motivo de la celebración del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. ¿Por qué cree que sigue siendo necesario que se celebren días como estos?

Es esencial porque todavía, a día de hoy, seguimos sin tener igualdad real, no solamente en la ciencia, sino en todas las áreas de la sociedad, pero en la ciencia especialmente. Ahí seguimos con números muy bajos, sobre todo, en las áreas de STEM, que son las de ciencia, tecnología, ingeniería, física y matemáticas. En este tipo de áreas, rondamos el 30% de mujeres. Aunque sí que es verdad que en muchas carreras entran un gran número de chicas y salimos, más o menos, el mismo número de chicos y de chicas graduados, luego hay una gráfica de tijera en la carrera científica, por la que las mujeres desaparecen por diversos motivos y, entonces, el número de hombres asciende exponencialmente desde que se gradúan y doctoran. En la etapa doctoral, todavía hay un número significativo de mujeres, pero luego ya desaparecen por razones de cuidado, de maternidad y de cómo está enfocado el sistema. Es un sistema muy competitivo, muy sacrificado, muy precario al principio, esto es una carrera de fondo y muchas de las compañeras deciden abandonarla por no aguantar o no querer compartir también esa estructura jerárquica y competitiva.

Sólo hay que ver que nada más que hay una rectora en las universidades públicas andaluzas o que, por ejemplo, en mi Departamento de Ciencias del Mar de la Universidad de Cádiz, que es uno de los más potentes de la propia UCA y de Andalucía, estamos 110 investigadores y profesores y no hay ni una sola catedrática.

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La científica Marga López Rivas, tras la entrevista.   MANU GARCÍA
¿Existe entonces un techo de cristal también en la universidad?

Claro, somos muchas más doctoras, pero luego, somos menos profesoras titulares. El techo de cristal hace que, por diferentes circunstancias, pues no lleguemos y la gráfica de tijera es clarísima y se sigue viendo: desde que empezó el acceso de las mujeres a la academia y a las instituciones hasta ahora que estamos en 2025, los números no han variado de un año a otro.

"El techo de cristal hace que no lleguemos y la gráfica de tijera es clarísima"

Siendo investigadora y profesora de biología marina y teniendo en cuenta todos esos condicionantes que dificultan a las mujeres la permanencia en la carrera investigadora, ¿cómo lo hizo?

Mi caso personal es totalmente diferente al resto. Las que se quedan normalmente hacen la carrera continua, el grado, el máster, el doctorado, pero yo lo he hecho totalmente diferente. Yo siempre quise ser bióloga e hice Biología Marina en las Islas Canarias, pero cuando terminé la carrera me di cuenta de que tenía que hacer una pausa en mi vida y vivir experiencias. Así que me fui, empecé con unas prácticas en Chile de asistente, luego coordinadora en proyectos de conservación de tortugas marinas en el Caribe, Costa Rica, Panamá, lo que me permitió valorar mucho las cosas.

Además, yo siempre he trabajado, he ayudado a mis padres, vengo de clase media baja y he trabajado en bares, en el invernadero con mis padres, y desde muy pequeña, he valorado mucho siempre lo que es el dinero, la responsabilidad y lo que es la vida. Son herramientas de vida que reafirmaron que iba a hacer conservación de la naturaleza y de las especies y empecé con las tortugas marinas.

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López Rivas, en un momento de la entrevista con lavozdelsur.es.  MANU GARCÍA

Ya como coordinadora científica me di cuenta de que había muchos agujeros de información que eran necesarios cubrir. Y entonces ahí me volví a España a hacer el máster y empezar el doctorado. Por eso, mi aporte a la ciencia ha sido mucho más práctico, a partir de mis experiencias en la conservación y creo que es mucho más útil que plantearlo desde un laboratorio. Eso sí, fue mucho más difícil también porque tenía combinar la tesis con el trabajo y, como era coordinadora de los proyectos de conservación de las tortugas marinas y ellas son nocturnas, pues era muy cansado.

Además, creo que hacer un doctorado no debería limitarse a cuatro años. Esto es una cosa que hay que madurar y es una de las razones por la que mucha gente termina tan mal el doctorado. Eso y que hay tiranos de directores de tesis. Tienen una mecánica productivista de hacer doctorados que ni tutelan, ni enseñan, ni cuidan. Falta cuidado en la carrera científica, falta el amor a las cosas y como el sistema te exige que tengas que publicar, publicar, publicar para tener un currículum de locura, llegamos a unos niveles de esquizofrenia.

"La ciudadanía no es muy consciente de las consecuencias que va a tener el cambio climático"

¿Cómo se quiere llegar a ser científica sin tener referentes de mujeres en la ciencia?

Porque menos mal que en el extranjero las había y las conocía por las películas. Antes de Jane Goodall, que es la más conocida, vi de pequeña en un cine de verano Gorilas en la niebla, sobre la vida de Dyan Fossy, su trabajo de conservación de los gorilas y cómo la mataron. Yo me quedé impactada y todavía sigo queriendo ir al Congo. Fue como un punto de inflexión que me hizo pensar que quería ser esa mujer, una luchadora que dio su vida a eso. Pero al final, nuestras madres y nuestras abuelas son las referentes, aunque nunca pudiéramos entender cómo podían tolerar ciertas cosas, y de pensamiento fuer muy  feministas, pero luego en la cultura, en el día a día, no lo fueran.

Es usted una de las 79 mujeres y la única andaluza que ha formado parte de esa expedición científica a la Antártida. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Cómo definiría la Antártida?

Ha sido muy interesante, muy chula. El proyecto se ponía en marcha antes, pero nos pilló la pandemia y en lugar de tres años, ha sido uno y luego la expedición, tuvo lugar a final de año. Ya habíamos trabajado online pero la experiencia en el barco fue maravillosa. Imagina a mujeres científicas de todas partes del mundo, de todas las disciplinas, periodistas, ingenieras, biólogas, del ámbito educativo, de la sanidad, había médicas y dentro del barco, éramos cada una, nosotras, nosotras mismas. Reímos, lloramos, íbamos en zapatillas de casa, sin maquillaje, sin preocuparnos de cuestiones como el pelo, la sociedad. Éramos nosotras. Nosotras y la Antártida, que es la pureza, el equilibrio y el silencio (¡qué silencio!, insiste).

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Marga López imparte una charla en San Fernando.  MANU GARCÍA
¿La ciencia hecha por mujeres es diferente entonces?

Nosotras somos más intensas, hablamos más, preguntamos más, tenemos más empatía y, en general, una forma diferente de hacer las cosas. Y eso se demuestra en nuestra forma de interactuar, que somos mucho más horizontales, más empáticas. La ciencia tiene que ser así, más empática, horizontal y feminista.

Usted que se dedica al conservacionismo y a la lucha contra el cambio climático, ¿cree que la ciudadanía está concienciada? ¿Qué opina de decisiones políticas como las del presidente Donald Trump de retirarse de los Acuerdos de París?

Creo que la gente está más concienciada, pero luego están las políticas. La gente está viendo lo que está pasando con las nieves, con la dana, las altas temperaturas, pero creo que la ciudadanía no es muy consciente de las consecuencias que va a tener el cambio climático; entonces, no asocia cosas, no asocia las migraciones extremas con el cambio climático, ni las pandemias y dicen, “bueno, hace más calor este año”, pero no es solamente más calor: es el agua dulce ralentizándose, la zona del Atlántico Norte, muchas cosas que se van a desencadenar. Pero no es que no lo vayamos a ver, sino que lo estamos viendo y cada vez más, porque las gráficas son exponenciales, es decir, vemos un poquito, pero, cada vez, vamos a ver más las consecuencias del cambio climático y más rápido.

"Europa tiene que liderar un cambio sostenible y no estar supeditados a lo que diga EEUU"

El futuro es incierto y regular. No podemos revertirlo, pero sí pararlo y tenemos un ejemplo claro con la capa de ozono, que se está regenerando desde la prohibición de los sprays, pero la transformación es lenta y lo público y lo privado deben ir de la mano. Esto no es una guerra contra las industrias, pero tienen que ir juntas. Al final todo el mundo podemos poner nuestro granito de arena, pero lo que más importa es nuestra papeleta de voto.

Por eso, las consecuencias de que gobiernen o existan partidos que niegan el cambio climática provoca que todo este proceso de cambio y reducción vaya mucho más lento. Ahora mismo China, que es la primera potencia del mundo y la más contaminante, está adaptando su política económica hacia la sostenibilidad. Europa tiene que liderar un cambio sostenible y no estar supeditados a lo que diga EEUU, pero, para eso, tendríamos que tener políticos valientes y no los tenemos.

¿Cuál es su aspiración dentro de la carrera científica?

Cambiar las cosas. Por eso, necesitamos primero conseguir que las niñas se animen, porque cuando nuestra situación se vea igualada, las cosas podrán revertirse y que esa jerarquía piramidal, cambie. Creo que los hombres y las mujeres jóvenes tenemos otra forma de ver las cosas y, sobre todo, la gente que venimos de fuera, que hemos salido mucho, que hemos trabajado en el extranjero, que hemos vivido otras cosas, venimos con otra perspectiva. Ahora mismo estamos en minoría, pero cuando estemos mayoría, las cosas irán mejor. Y luego tengo esperanza en la gente joven, porque, aunque digan que si están con las redes sociales, el trabajo de concienciación que están haciendo con el medio ambiente, la sostenibilidad, el cambio climático los profesores en los colegios está siendo muy importante y estoy segura de que va a dar sus frutos.

Sobre el autor

Vanesa Perondi.

Vanessa Perondi

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