En la primavera de 2008, el cuerpo sin vida de Lucía Garrido fue encontrado flotando en la piscina de su casa en Málaga. Tenía un corte en la yugular y golpes por varias partes del cuerpo.
Quince años y medio han tenido que pasar del crimen de una mujer que por entonces tenía 48 años para que los culpables de su muerte sean condenados.
Un jurado popular ha declarado culpables al exmarido de la víctima, como cooperador necesario, y al autor material del asesinato, un hombre al que Manuel Alonso contrató para acabar con su mujer.
El jurado ha destacado que el exmarido de Lucía se creía "impune" por los contactos que tenía en la Guardia Civil. Llegó a buscarse un viaje como "coartada" y salió declarado no culpable junto al autor del asesinato y dos guardias civiles en un juicio que se celebró en 2019.
Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía declaró nula la sentencia del referido juicio y mantuvo los cargos contra Manuel Alonso y el sicario. Los dos agentes fueron absueltos. El fiscal argumentó que el crimen se llevó a cabo porque la mujer sabía demasiado de las actividades ilícitas de su ex con relación al narcotráfico y tráfico de animales.
Según el jurado popular, el asesinato se cometió con "planificación, crueldad y frialdad". El fiscal ha mantenido la petición de 24 años de prisión para el exmarido y 22 para el autor material del crimen. La acusación pública ha solicitado el ingreso en prisión para los dos acusados, que han estado libres todos estos años, por riesgo de fuga.
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