“A raíz del festival iba a hacer una obra social para ayudar al pueblo, así nos lo vendía, y quizás, por ese corazón tan grande que tenemos los gaditanos nos lo tragamos. Hay gente que le ha prestado una gran cantidad de dinero de su casa y va a ir con todo para recuperarlo”. Es una de las voces del equipo técnico que se ha visto afectado por la cancelación del Zahara Indie, en Zahara de los Atunes. Un festival que previamente ya había generado unos gastos que ahora se reclaman.
A medida que emergen afectados por el presunto pufo del festival en La Janda gaditana, crece el reguero de indignación de los damnificados por una presunta estafa que acabará, casi con toda probabilidad, en los tribunales.
Según ha podido saber lavozdelsur.es, tanto un nutrido grupo de afectados que iba a asistir al festival que el pasado fin de semana iba a ofrecer 22 conciertos en el Castillo de las Almadrabas —y que aún no saben nada de la devolución de sus abonos—, como miembros de los equipos técnicos de producción y de los propios artistas y bandas invitadas presentarán en los próximos días respectivas denuncias en la Guardia Civil y en los juzgados contra Octopus Media Rights y Diego Castrejón Barco, empresa organizadora y promotor, respectivamente, de un evento que se canceló a menos de 48 horas antes de arrancar.
Castrejón, como afirmó este pasado lunes en una entrevista con este periódico, culpa a la “dejación” de administraciones como el Ayuntamiento de la ELA barbateña de Zahara de los Atunes y a la oficina de Los Planetas de la cancelación, pero Carlos Nievas, jefe técnico del festival de la empresa granadina Showtech, deja claro que él lo vio venir de lejos.
“Soy autónomo y, por suerte, he tenido la suficiente anticipación como para no palmar dinero, pero estaba claro que era un estafador profesional, y esperamos y confiamos en que actúe de oficio la Guardia Civil”. El historial judicial de Castrejón, con condena de un año por estafa, no invita al optimismo, pero tampoco ayuda que se haya desactivado todo rastro en las redes del Zahara Indie, o que haya desaparecido de la web oficial toda posibilidad de contacto, donde el número de la organización era el 555555555. “Una puñetera broma dentro de una enorme estafa”, según denuncian numerosos afectados.
"Ha ido haciendo pequeños pagos para aparentar que la cosa seguía adelante"
“Ha ido haciendo pequeños pagos para aparentar que la cosa seguía adelante, pero esto estaba claro que no iba a salir, él lo sabía y pensaba quedarse con la pasta y salir corriendo”, cuentan afectados de la producción del festival a lavozdelsur.es. En el Ayuntamiento de Barbate no reza la documentación requerida y desde la ELA zahareña, su alcalde, Agustín Conejo, se ha limitado a decir a este periódico que emprenderá acciones judiciales y que todo lo sostenido por Castrejón es “mentira”. Aunque en la entrevista Castrejón asegurase que solicitó formalmente renunciar al patrocinio de Diputación de Cádiz porque el festival había conseguido tener “viabilidad”, desde la institución provincial señalan que no hubo patrocinio porque, simple y llanamente, no había forma de justificarlo. Aun así, en el cartel del festival figuró durante varios meses el logo de la institución provincial, pese a que no tenía vinculación alguna con el mismo.
Hace unos meses, grupos muy reconocidos en el panorama indie nacional como La Bien Querida o Niños Mutantes, según han explicado fuentes consultadas por este medio, ya se dieron de baja del cartel del Zahara Indie —previsto en principio del 8 al 10 de septiembre, y que luego se pospuso a dos días del pasado fin de semana, ya en octubre— porque no se estaban produciendo las condiciones pactadas. “No había adelanto del dinero por contrato y exigieron que se les quitase del cartel. A las bandas pequeñas, que suelen cobrar unos 600 euros, se les decía que cobrarían cuando acabaran el bolo”. A Los Planetas, en cambio, “sí les dio la mitad del caché, pero porque sabía que sin ellos se le caía todo”, mantienen las mismas fuentes.
"No nos mandaba ni un reporte de venta de entradas de las tiqueteras desde hacía dos meses"
Una de las claves para oler el presunto pufo al lejos fue, sostiene Nievas, que “no regateó ni un solo caché, lo cual es muy raro en este mundillo, ya eso cantaba”. El tiempo se echaba encima y, aunque Castrejón asegurase que había unas 4.000 entradas vendidas de dos días —entre 65 y 100 euros—, “no nos mandaba ni un reporte de venta de entradas de las tiqueteras desde hacía dos meses”.
“Creemos que habría un millar de entradas y que las cuentas no le salían”, asegura el jefe técnico de producción, que conoce el sector al dedillo e incluso es capaz de aproximar los números a las cifras de espectadores habituales que suelen movilizar las bandas. Fuentes consultadas aseguran que, de los alrededor de 100.000 euros que debían anticiparse al inicio de un festival de las dimensiones del anunciado y comercializado —entre grupos y producción técnica—, apenas se ha cubierto la mitad y eso ha salido básicamente de préstamos personales, patrocinios de gente de la zona a cambio de humo, y adelantos de alguna tiquetera… Se han podido estafar unos 40.000 o 50.000 pavos”.
“Ya llevaba días tensando la cuerda —por Castrejón—… estaba viendo que por algún lado tenía que soltar las culpas y que esto reventara… y así ha sido. Se ha quedado con todo el dinero”, apostillan sin ambages estos afectados, dejando claro que “en el Ayuntamiento de Barbate no hay ni un papel del evento, esto es fácil de demostrar”. Castrejón insistía este pasado lunes en que no es ningún estafador y que no ha actuado de mala fe. “Ha sido un cúmulo de circunstancias”, se justificaba.
“El principal objetivo de la cita zahareña es contribuir al fortalecimiento del tejido social de Zahara de los Atunes”, rezaba el contenido patrocinado sobre el festival que publicó InfoLibre, pero lo único cierto es que, hasta ahora, lo que iba a ser una esperada cita cultural para desestacionalizar turísticamente el litoral gaditano solo ha contribuido a generar una enorme espiral de malestar e indignación entre quienes abiertamente se sienten estafados por su promotor. Los tribunales parece que tendrán la última palabra.
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