La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) ha emitido este martes una serie de recomendaciones dirigidas a la ciudadanía para garantizar la seguridad alimentaria tras el gran apagón. Entre las principales medidas, destaca la necesidad de desechar productos perecederos como carne, pescado, huevos o productos lácteos si la interrupción del servicio supera las cuatro horas.
Según detalla la Agencia en un documento recogido por Europa Press, los apagones pueden comprometer la conservación de ciertos alimentos, especialmente si se han superado los límites de temperatura recomendados. Por este motivo, se insta a realizar una evaluación individual de cada producto almacenado en frigoríficos y congeladores, siguiendo una serie de pautas básicas.
Una de las advertencias centrales del comunicado es evitar probar los alimentos para valorar su estado. La Aesan subraya que el olor o el aspecto no son indicadores fiables de seguridad. Lo determinante es la temperatura alcanzada durante el periodo sin electricidad, ya que un incremento prolongado puede generar un entorno propicio para el desarrollo de microorganismos.
En casos en los que las puertas del frigorífico o congelador hayan permanecido cerradas y el corte de suministro no haya superado las cuatro horas, es posible que la temperatura interna se haya mantenido por debajo de los 5°C, lo cual permitiría conservar los alimentos sin necesidad de descartarlos. Sin embargo, si la interrupción supera ese umbral temporal, se recomienda eliminar todos los productos perecederos.
El riesgo de la comida en mal estado
La Aesan alerta de que los alimentos en mal estado, incluso si se cocinan posteriormente, pueden suponer un riesgo para la salud y ser responsables de enfermedades alimentarias. Además, estos productos deteriorados pueden provocar contaminación cruzada con otros alimentos si no se manipulan adecuadamente.
En cuanto a frutas y verduras enteras, la Agencia considera que pueden mantenerse a temperaturas superiores sin comprometer su seguridad, siempre que se conserven frescas y se sigan las pautas habituales de higiene. Por el contrario, las piezas cortadas o las ensaladas listas para consumir deben desecharse si han estado fuera de refrigeración más de cuatro horas.
Respecto al contenido de los congeladores, se explica que estos dispositivos pueden mantener las temperaturas adecuadas entre 24 y 48 horas si no se abren. Los alimentos que aún conserven cristales de hielo o se mantengan fríos al tacto pueden ser consumidos o incluso volver a congelarse. En cambio, aquellos que se hayan descongelado completamente y hayan perdido la sensación de frío deben eliminarse por precaución.