Una patata de regalo por haber realizado una ‘patata’ de jornada laboral. Es el “escarnio” que recibió una teleoperadora de la empresa de telemarketing Konecta en sus instalaciones sevillanas de Bollullos de la Mitación, por parte de dos coordinadores que a eso de las nueve de la noche del pasado lunes 13 de agosto, a punto de que la empleada finalizara su jornada laboral, fue requerida por ambos para recibir un “regalo”. La trabajadora, que realiza labores de atención al cliente de una multinacional de telefonía, se presentó ante ellos ilusionada, recibiendo por su parte una caja de regalo. Al abrirla se encontró con el tubérculo como “premio” a toda su jornada de trabajo que, al parecer para la empresa, no fue para nada productiva. La empleada, según señalan a lavozdelsur.es, no pudo reprimir las lágrimas ante la bochornosa situación.
La denuncia la han hecho varios sindicatos, entre ellos CCOO, CGT, USO, SAT y CoBas, denunciando éste último “el nivel de educación y sorna que emplean algunos coordinadores hacia sus trabajadores”. La empleada, que recibió el ‘regalo’ delante de todos sus compañeros, “tuvo que sufrir este triste escarnio público por no haber llegado a los datos exigidos ese día en el departamento”, indican desde Cobas, añadiendo que “la empresa no puede permitir este tipo de trato denigrante a sus trabajadores después de una jornada de trabajo que transcurre en un clima de continua valoración del trabajo, ritmos sin descanso, con normas a nivel de un cuartel y haciendo culpable, a la postre, a los teleoperadores de las carencias organizativas de la campaña y de una política de promoción interna donde el cuadro de mandos intermedio es seleccionado sin ninguna rigurosidad en formación ni capacidad de liderazgo, siendo la mayor parte elegida a dedo”.
Carmen Ortíz, delegada sindical de CGT, explica a lavozdelsur.es que un caso similar a este es la primera vez que se produce, si bien afirma que en Konecta hay “abusos y presiones constantes”, como el relativo al tiempo máximo con el que pueden estar los teleoperadores al teléfono con el usuario, al rendimiento laboral o a no conseguir los objetivos preestablecidos. CGT también denuncia los niveles de “fatiga y estrés” del personal, que la sede de Bollullos no cumple con la ley de seguros laborales porque le faltan puertas de emergencia, algo que “está denunciado a la Inspección de Trabajo”, o los contratos, la gran mayoría, “a 18 horas semanales”.
Sobre el trato a la teleoperadora, Ortíz considera que “igual que durante nuestra jornada laboral no podemos hacer uso del móvil ni comer en la sala, las normas están para todos y ellos no pueden tomarse esas libertades”. Aun así, por encima de estos coordinadores hay unos supervisores a los cuales los sindicatos ya han pedido responsabilidades al jefe de recursos humanos de la empresa.
En cuanto a Konecta, lavozdelsur.es ha intentado ponerse en contacto con responsables de la misma, sin obtener por el momento ninguna valoración sobre la actitud de estos coordinadores.
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