Depresión posparto, cuando ser madre no es lo que te cuentan: "La miraba y me preguntaba '¿la quiero?"

Sonia Rendón, matrona en el Hospital Puerta del Mar, desmitifica los tabúes sobre la maternidad perfecta: "Está mal visto que tengas un hijo y te encuentres mal"

Una madre sujetando a su niño en una foto de archivo.
Una madre sujetando a su niño en una foto de archivo.

La idealización de la maternidad nos hace creer que, en la mayoría de los casos, es una experiencia maravillosa, sin altibajos, una de las etapas más felices de tu vida. Sin embargo, dar a luz es una bomba de sentimientos que, en los casos más afortunados, puede ir acompañado de un bienestar abundante, pero en otras muchas ocasiones las mujeres la viven haciéndole frente a múltiples recaídas emocionales.

Las madres que sufren depresión posparto están inmersas en una lucha desde que dan a luz contra sus propias emociones, a menudo silenciadas por ellas mismas y acompañadas de una sensación de culpa y vergüenza.

Si bien la salud mental es un tema que ha cogido fuerza en la actualidad, la depresión posparto sigue siendo de los trastornos psicológicos más invisibilizados. No obstante, según diversos estudios, alrededor de un 15% de mujeres sufren este tipo de enfermedad mental tras tener un bebé. El problema que rodea este trastorno es su imperceptibilidad en una sociedad que todavía juzga a las mujeres, ya que la mayoría temen confesar que lo padecen por miedo a que les llamen “malas madres”.

María Ávila (Sanlúcar, 32 años) fue madre primeriza hace tres meses y confiesa que nunca se imaginaba que esto pudiese ocurrirle a ella. “Tuve un embarazo muy feliz, era muy deseado. Nunca creí que podía ocurrir esto, sobre todo por las ganas que tenía de que llegase al mundo. Yo lloraba de felicidad en las ecografías y preparé todo al milímetro para que estuviese perfecto. Sin embargo, al mes de nacer me lo diagnosticaron”, narra, y admite que ella ya se sentía mal antes del diagnóstico, pero se excusaba en las hormonas.

La depresión posparto tiene mayor riesgo de aparición en mujeres que dan a luz por cesárea

El parto fue duro. Dio a luz en el hospital concertado de El Puerto de Santa María y se complicó con una cesárea de urgencia que no se esperaba: “Me separaron de mi marido, me amarraron en la cama y empezaron a rajarme. Después de ahí no vi a mi hija hasta las cuatro horas después”. No le dejaron hacer piel con piel.  La depresión posparto tiene mayor riesgo de aparición en mujeres que dan a luz por cesárea, según un informe de la Sistema de Salud Catalán que añade que el riesgo de padecerlo baja cuanto menos instrumentalizado sea el parto.

María narra con lágrimas en los ojos cómo se sentía las horas siguientes a dar a luz: “Yo en el hospital ya miraba a la niña y notaba algo extraño. Me preguntaba ¿quién es? ¿la quiero?, admite. Lejos de mejorar, la situación siguió torciéndose. “Pensaba constantemente en que me iba a morir. Desde ahí empecé a tener una obsesión compulsiva con la muerte. Yo solo pensaba que no iba a ver a mi hija crecer”, cuenta, y agrega que los siguientes días comenzó a darle "angustia" ponerse a su hija en el pecho.

"Desde que nació no he parado de pedirle perdón a mi hija por sentirme así"

Le nacían sentimientos de rechazo hacia su hija y eso le generaba una continua lucha con ella misma en la que se culpabilizaba por sentirse así. “Yo me decía que era una mierda y que no me merecía ese bebé. Cómo podía estar yo mal cuando hay muchas personas a las que les nacían los niños malos. Que tenía una familia que me ayudaba y un marido maravilloso. Pensaba que era mejor no estar en este mundo porque no podía darle lo que necesitaba”, cuenta con la voz entrecortada por la emoción: “Desde que nació no he parado de pedirle perdón a mi hija por sentirme así”.

“Hay veces que no quería ni escucharla, pero intentaba no separarme de ella. Hay veces que necesitaba huir. Me iba a centros comerciales, a comprarle ropa a la niña, pero alejándome de ella”, narraba. Pidió ayuda psiquiátrica en cuanto empezó a tener los primeros síntomas y empezó a medicarse para sobrellevar la situación. “Yo jamás iba a pensar que mi marido iba estar en el sofá haciendo colecho y yo en mi habitación con mi perro porque estoy medicada”,  expresa.

Lo peor era las comparaciones con las demás madres que le rodeaban. “Me afectaba el ver mi cuñada, que ha tenido un bebé con un mes de diferencia respecto a mí y preguntarme '¿yo por qué no? ¿Qué me pasa?' si tenía una niña lindísima y sana y todo mi alrededor está bien. Me llegaba a culpar hasta de joderle la vida a mi madre porque me tuvo con 16 años. Me preguntaba ¿Por qué he nacido?”, confiesa y admite que está mejorando “pero que es un camino que le está contando demasiado y que los pensamientos de la cabeza son muy difíciles de manejar”.

La mayoría de las mujeres sienten culpa por tener depresión

Sonia Rendón, Matrona del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, con especialidad en salud mental y profesora de hipnoparto, habla de la culpa, el sentimiento que más asocian las madres a su depresión. “Está mal visto que tengas un hijo y te encuentres mal, que no tengas ganas de mirarte a la cara ni a ti ni a tu bebé. Puedes pasar días, semanas e incluso años sin dormir”, narra.

Hace hincapié en la importancia del apoyo de las personas que te rodean: “La gente de tu alrededor intenta animarte y decirte que deberías estar feliz porque has tenido un parto maravilloso y tienes mucha suerte, pero, sin embargo, tú te sientes mal. Con esas palabras te encuentras peor porque te preguntas ¿cómo voy a sentirme mal si acabo de tener un hijo?”.

Las falsas expectativas hacen mella en la salud de las mujeres. Es abrir Instagram y aparecen cientos de influencers que acaban de ser mamás primerizas con un embarazo aparentemente perfecto. Una mentira maquillada de filtros que repercute en la salud mental de otras personas, frustradas al ser incapaz llevar el embarazo de la forma que muestra la pantalla de su móvil. “A la mujer embarazada muchas veces no se le cuenta la realidad. Todo lo que ves en revistas o en redes sociales te dice que es maravilloso tener un hijo. Ahí está Pilar Rubio con sus fotos en el paritorio, maquillas y estupenda”, expresa Rendón.

Asimismo, la especialista en maternidad explica la importancia de buen parto y del círculo de la mujer en el momento de concebir a un hijo: “A nivel emocional es muy importante el apoyo en el parto. Antiguamente la mujer vivía su parto rodeado de una tribu femenina, una red de mujeres en la que te sentías apoyada. En la actualidad esto no existe, la mujer se ha ido desplazando de manera independiente”. En este aspecto entra el papel de las matronas, sin embargo, muchos hospitales concertados de la comunidad siguen sin contar con este tipo de especialistas.

Con el debate de la salud mental sobre la mesa tan fresco, surge la pregunta de por qué este trastorno sigue siendo un tema tabú. Si quizás a la sociedad ya empieza a dejar de tener tantos prejuicios sobre los trastornos psiquiátricos y psicológicos, pero sigue juzgando a las mujeres cuando no encajan en el ideal de madre que la sociedad nos ha inculcado. Como si la maternidad nos hiciera menos personas, como si ser madre nos quitara el derecho a fallar. 

Sobre el autor:

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Lucía Velázquez

Natural de Sanlúcar de Barrameda, estudió periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Aprendió el oficio entre las paredes de la redacción de Europa Press y luego pasó a seguir creciendo en el diario Público. Especializada en temas de feminismo, migración y fake news, cree en un periodismo comprometido con el derecho a una información veraz a través del respeto de testimonios, las fuentes y la empatía.

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