Las cifras son altamente preocupantes e incluso demoledoras según la Estaciòn Biológica de Doñana cuyos técnicos han contabilizado 87.488 aves de distintas especies durante la última invernada en las Marismas del Guadalquivir la peor cifra en los últimos 40 años. Durante el año anterior, sin embargo, la cifra llegó a los 470.000 ejemplares.
Este censo, que se develó este domingo durante la reunión del Consejo de Participación de Doñana, pone de manifiesto una tendencia negativa "enormemente preocupante”. En un comunicado emitido este lunes por la oficina técnica de SEO BirdLife, cuyo responsables es Carlos Dávila, explica que las fluctuaciones poblacionales de las aves acuáticas son habituales, “estas se asocian entre otros factores al estado de inundación de la marisma natural; las tendencias poblacionales reflejan los efectos del cambio climático y la sobre explotación del agua subterránea y superficial, siendo un buen indicador del estado de los ecosistemas”.
Llama la atención sobre algunas especies como la cerceta pardilla, que “sigue en declive, con sólo diez parejas censadas, todas ellas fuera del parque nacional; la malvasía cabeciblanca no se ha reproducido por segundo año consecutivo y la focha moruna no se reproduce en Doñana desde el 2018, lo que supone para esta especie los peores datos en 19 años”.
Las poblaciones reproductoras de aves acuáticas comunes "también se han desplomado", como, por ejemplo, durante 2021 se contabilizaron 2.012 parejas de morito común, mientras que, en 2022, sólo se han contabilizado 614 parejas, lo que supone el tercer peor año para la especie desde 2004. También es el tercer peor año de la serie histórica para la espátula común, con 94 parejas y para la garza imperial, con 23 parejas.