Han sido muchos los jerezanos que se han desplazado hasta diferentes poblaciones de Valencia para echar una mano en momentos de tanta necesidad tras el devastador paso de la DANA. Cada iuno ha contado la experiencia que ha vivido, pero la situación por la que han pasado Mané Tejano, del bar El Tejano y Jesús, de la panadería El Obrador, les ha dejado sorprendidos y tristes.
"Yo soy autónomo, tengo mi negocio, igual que mi compañero Jesús y los dos nos embarcarnos en ayudar a esta gente de Valencia que lo está pasando tan mal. Hablamos con clientes y con amigos y en pocos días reunimos ropa, agua, comida, productos de higiene, de limpieza, palas, picos, guantes, medicinas... Todo fue donado. El furgón iba a tope y nos fuimos con toda la ilusión hacia Valencia", relata Mané a lavozdelsur.es.
El empresario jerezano aclara que "todo corría por nuestra parte, el hospedaje lo anulamos porque nos dejaron dormir en Alicante. pero las comidas y la gasolina nos ha costado el dinero". Llegaron a Alfafar el sábado pasado y se llevaron la primera sorpresa: "Había una cola de muchos furgonesy nos dijo la policía que nos teníamos que ir porque no llevábamos bombas de agua o trompos. Me preguntaron si teníamos cosas importantes y yo le dije sí porque eran cosas de primera necesidad, pero me respondieron que con eso me tenía que ir y nos echaron".
Furgones llegados de muchos puntos de España se encontraron en la misma situación. La única opción que les daban era dejar los productos en unos puntos de recogida, pero a los jerezanos les dio la impresión de que así no iban a terminar llegando a manos de la gente que necesitaba esa ayuda. "Probamos en otros pueblos, pero en ninguno nos dejaban entrar. Veías los palés amontonados y sin repartir a los necesitados. Ponen un punto y la gente tiene que ir allí a recoger agua, comida o lo que sea, pero hay muchas personas impedidas que no pueden acercarse. Aquello es desolador, muchos llegaban llorando y acababan agarrados a nosotros".
La manera de hacer llegar los productos de primera necesidad a las personas de varias poblaciones fue buscando la hora en la que había menos control: "Entramos de noche, sin luz en las calles. La gente salía de sus casas con linternas. La gente llora por comer y beber, es algo que no te puedes creer. Un señor nos dijo en Pedralba que llevaba dos días sin beber agua y es increíble porque en esa ciudad tampoco hubo tantos destrozos por la DANA. Hemos visto una desorganización bestial".
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