Negarse a llevar falda y tacones altos le ha costado el puesto de trabajo a Sara, una trabajadora de una funeraria de Huelva. Servisa, la empresa en cuestión, le obligaba a llevar un uniforme con falda y zapatos de tacón de 9 centímetros durante ocho horas al día.
"Al poco de llegar me dijeron, tú pía, que te vas a la puta calle y no tienes otra opción que aceptar. No te queda otra", ha contado Sara a ABC. Tras estar de baja por ansiedad durante la pandemia y con problemas de salud por una hernia discal, al reincorporarse al trabajo en febrero fue despedida a los 25 días. La empresa alega que fue por no publicar ella un cambio de turno en el cuadrante de horarios.
Sara tiene claro que su despido ha sido debido a su negativa a llevar los tacones. "Estos zapatos os estiliza más, sois las únicas que os quejáis", le llegó a decir su jefe ante su negativa a llevarlos.
Tras presentar denuncia contra la empresa por discriminación sexual, el 3 de julio del próximo año se celebrará en Huelva el juicio por su despido.
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