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No se concibe pasar por la calle Santa María de Jerez y no ver el escaparate de Donald. Es un símbolo del centro de la ciudad y uno de los establecimientos más longevos de una zona que está perdiendo poco a poco muchos de sus referentes. Ropa infantil de toda la vida pero que se va adaptando a los tiempos para competir con esas marcas baratas que amenazan con acabar con todo lo añejo.
Al frente del negocio está Bernardo Gómez Íñigo, el descendiente de los fundadores de una tienda que lleva sobre 70 años en uno de los enclaves más comerciales de Jerez: cerca de la calle Larga y del Teatro Villamarta. "Lo fundaron mis padres y yo soy la segunda generación. No sé si es la tienda más antigua de Jerez porque creo que hay dos o tres también de un tiempo parecido", explica.
Las cosas han cambiado mucho en los últimos años para este tipo de negocios. No hace muchos años era impensable hacer pedidos a domicilio que llegaran a casa en pocas horas y por poco dinero. Pero esa calidad que ofrecen tiendas como Donald sigue siendo un valor añadido. "Tenemos una clientela fiel, pero que ha ido evolucionando con los tiempos. El comercio ha cambiado muy rápido en pocos años. Hay que estar trabajando mucho para competir con las ventas online, pero ahí seguimos dando guerra".
Sus clientes no solo llegan de Jerez, sino que ya cuenta con una red de personas que se desplazan desde poblaciones cercanas, y más cuando ofrece productos para menores de muchas edades. "Vienen muchas personas de fuera de Jerez. Yo estoy especializado en comuniones, bautizos y todo lo que es la canastilla. Y luego también en trajes de chaqueta para niños de talla de 16 o 18. Tienen que venir porque son cosas que se tienen que probar".
Bernardo ofrece un género que está fabricado en España, que para él supone una garantía de calidad. "Todas las marcas que tenemos son de fabricación española. No estoy en contra de los chinos, pero no tengo nada fabricado de China. Además, nuestra relación entre calidad y precio está muy bien".
Es algo muy importante a la hora de elegir ropa de comunión. Los nuevos modelos ocupan un lugar preponderante en una tienda muy tradicional en su apariencia. Es el inicio de una época de mucha venta por todo lo que viene a partir de la primavera: "Para elegir la ropa de comunión la gente viene con dos o tres meses de antelación. Hay algunos que son muy exagerados y vienen demasiado pronto. Hay que tener cuidado con eso porque los niños cambian mucho. Este año empiezan las primeras comuniones a finales de abril y está la gente más tranquila. Ahora viene una época fuerte para los eventos".
¿Se lleva el mismo tipo de ropa de niño para ir arregladitos? ¿En las comuniones va cambiando el estilo? El vendedor de Donald tiene claro que "eso también ha ido evolucionando. Está el clásico, que es el marinero clásico, que se vende, tiene su público. Y luego están también los modernos, que tienen nuevos colores aunque sigan siendo clásicos. También se venden mucho los trajes de chaqueta. Hay gente que opta por traje de chaqueta, pero se siguen llevando el clásico almirante o el marinero de siempre".
Las niñas se llevan la palma en cuanto a la variedad de productos, pero para los niños puede ofrecer esa primera chaqueta para los grandes eventos, con su camisa y corbata a juego. También los calcetines, esos grandes castigados en la moda infantil, tienen su protagonismo en Donald. Las marcas de siempre contra otras marcas inicialmente más baratas, pero que después no lo son: "La pena es que el público no se da cuenta, pero tú compras un leotardo o unos calcetines de una marca inferior y se estropean y se hacen bolas. Los calcetines de una marca buena la heredan los hermanos y al final te sale más económico. El barato lo tienes que tirar al poco tiempo".
Son enseñanzas que le ha dado estar casi 38 años detrás de un mostrador, aunque no siempre estuvo en Donald. "Yo tuve otros comercios y ya cuando mis padres se hicieron mayores, ya me quedé yo con este. Yo tenía un negocio también en la calle Honda. Entonces tenía 22 años y ahora tengo 61. Recuerdo cuando por la calle Santa María pasaban los coches y los autobuses".
Bernardo puede ser una persona indicada para analizar si el centro de Jerez ha ido evolucionando como necesita la ciudad por llevar tantos años entre sus calles. "El centro de Jerez es una maravilla porque es el corazón de la ciudad. Y luego, si no quieres comprar pero quieres tomarte una cervecita, pues te la tomas o das un paseo. En los centros comerciales la gente va como máquinas, todos como robots. Lo que tendrían que hacer es repoblar el centro. Por las mañanas hay mucha vida, pero ya por la tarde está más tranquilo. Cuando llega la Semana Santa o la Navidad nadie raja por los coches, todo el mundo aparca en todos lados y vienen al centro".
Como casi todo el mundo, lo pasó mal a nivel laboral en la época del covid. "Lo pasamos bastante mal", recuerda. Considera que los vecinos del centro deberían estar mejor tratados: "Pagamos muchos impuestos solo por el hecho de estar en el centro. Pagamos más que los que están en una barriada. También se considera un IBI de primera categoría. Esto se debería cuidar más".
Donald abre sus puertas los sábados por la tarde en enero, febrero y marzo por estar en campaña de comunión. "La intención dar más facilidades al público que pueda venir. En la Semana Santa no abrimos por la tarde porque están las procesiones hasta esa fecha". Un año más para una de las tiendas más veteranas de la ciudad que promete seguir dando guerra.
