El Partido Animalista Pacma ha pedido a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía como órgano superior que la Administración se responsabilice del mantenimiento de los animales de la Eco reserva de Ojén, clausurada en febrero de 2022 y que actualmente se encuentra sin ingresos y persistiendo gracias a donativos de particulares, con todos los animales en su interior.
“La iniciativa conservacionista de Ojén, en Sierra de Las Nieves, tuvo origen tras los devastadores incendios de 2012, como forma de protección y mantenimiento de la fauna autóctona de la zona, procurando el acercamiento pacífico a la naturaleza a través de la actividad propia de exposición al público y observación de dicha fauna”, ha explicado.
“Es pública la desoladora situación por la que está atravesando la Eco reserva como consecuencia de las sanciones impuestas a la entidad que gestiona su aprovechamiento (Andalucía Ecotour S.L.), implicando estas una multa de más de 130.000€ y el cierre temporal de las instalaciones al público cortando, por tanto, cualquier posibilidad de ingreso y delegando esa responsabilidad a la propia entidad con sus propios recursos, que son inexistentes", apuntan desde el área legal del Partido Animalista.
La Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible en Málaga acordó la medida como consecuencia de la detección de “varias infracciones” sin prever el perjuicio que ocasionaría a los animales, pues no acordó actuación alguna que cubriera las atenciones que requiere dicha fauna que depende exclusivamente de la acción humana para su subsistencia, pues se hallan cercados en un perímetro cuyos recursos naturales son escasos y no se renuevan.
“El cierre provisional ya provocó en su día que, desde entonces, los ingresos provenientes de la entrada al público como única fuente de ingresos haya desaparecido, siendo consecuencia directa la marcha de trabajadores cuyos salarios no podían sufragarse” explican. Estos trabajadores se encargaban de alimentar y cuidar a la fauna que allí habita. “Es escandaloso, cuanto menos, que la falta de previsión de las obvias consecuencias inmediatas tras el cierre haya provocado la pérdida de puestos de trabajo en primera instancia, así como la posterior falta de autofinanciación para mantener las instalaciones y atender adecuadamente a los animales”, manifiestan las juristas.