Jerez, según el último recuento de la Junta de Andalucía, tiene seis fosas con restos de más de 350 víctimas de la represión franquista. No ha sido hasta cuatro décadas después de la restauración democrática cuando, hace justo un año, empezó a removerse el subsuelo para empezar una búsqueda promovida por familiares de los asesinados y por memorialistas de la ciudad que está contando con el respaldo del Ayuntamiento y de la Diputación de Cádiz.
Tras una primera fase de catas el año pasado en el Parque Scout, los trabajos con georradar se han retomado en la zona en una semana en la que casualmente el Gobierno ha anunciado el anteproyecto de Ley de Memoria Democrática que, sin ir más lejos, hace responsable al Estado de la exhumación de fosas. Jorge Cepillo, el arqueólogo y veterano en estas lides que dirige técnicamente el estudio en Jerez, ha recordado, en conversación con lavozdelsur.es, que "el éxito no está en que se encuentren restos de represaliados en Jerez, sino que como sociedad democrática los estamos buscando; confío en que aparezcan, pero estos procesos de investigación son lentos y requieren mucho tiempo, cuidado y apoyo económico".
Los presupuestos que se manejan, de hecho, son irrisorios, por lo que en este sentido será clave la nueva ley para que al fin las familias —aglutinadas entorno a la Asociación de Familiares y Amigos por la Recuperación de la Memoria Histórica de Jerez y la Comarca, que preside Amaro de la Calle— y los movimientos memorialistas dejen de mendigar subvenciones para estos fines. "Esto vale muy poco dinero, es de risa, y se hace por una voluntad de las familias y de la sociedad civil", comenta Cepillo, que en esta intervención cuenta con 6.000 euros de Diputación, una máquina excavadora que aporta el Ayuntamiento, e incluso las donaciones de familiares para cubrir los costes de los seguros de una veintena de voluntarios sobre el terreno.
En una provincia en la que hay documentadas 116 fosas con más de 1.500 represaliados de la Guerra Civil y el franquismo, y donde, según los historiadores y expertos, Jerez no tuvo guerra civil, solo derramamiento de sangre a manos de los golpistas, era de justicia que al fin las máquinas entrasen en el antiguo cementerio de Santo Domingo para buscar verdad, justicia y reparación. Un camposanto que se desmontó tan mal que el subsuelo de la zona de las Torres de Córdoba está repleto de cuerpos, asesinados en consejo de guerra o enterramientos clandestinos, o directamente enterramientos no ligados al Golpe. Sobre los primeros se pone el foco porque estaban documentados. Ahí se quiere actuar tras este nuevo barrido en la zona.
"Lo que hicimos el año pasado fue un estudio del georradar en el cementerio protestante y ahora estamos en el católico, vamos a buscar y localizar esas fosas, y no haremos exhumaciones, salvo que sea necesario para seguir trabajando y localizar puntos del cementerio donde aún quedan restos", explica el arqueólogo. El trabajo de investigación del archivero municipal y memorialista Cristóbal Orellana, ligado a la historia familiar del bombero Honorio Trillo, ha marcado dos sectores junto a las Torres de Córdoba por los que también pasará el georradar.
"Conservamos datos que indican que hay represaliados en consejo de guerra cuyos cuerpos fueron a parar junto a las Torres de Córdoba. Vamos a sondear en diferentes puntos y una vez que localicemos fosas plantearemos un nuevo proyecto a las administraciones para abrir en extensión", relata Cepillo. En ese momento es cuando es más probable, según comenta, que aparezcan los restos. Pero insiste: lo importante es esto, que se remueva la tierra, que la voluntad sea firme tras "40 años de dejación en democracia". "En esta fase sigue siendo complicando encontrar algo, es un muestreo muy pequeño de determinados puntos del cementerio que sirven para constatar que el subsuelo sigue estando ocupado por fosas; la fase tercera será más fructífera, la de extensión, en toda la profundidad, y en ese momento tendremos más opciones de encontrar represaliados".
Hay un plus de complejidad en la búsqueda en Jerez. Toda la zona donde se rastrea está urbanizada. La dirección, por ejemplo, ha tenido que pedir permisos a las comunidades de propietarios de las Torres de Córdoba, y todo se complica, a diferencia de otros municipios que sufrieron una fuerte represión, pero que tienen sus cementerios inamovibles desde entonces. Sin embargo, Jorge Cepillo lo asume con un reto aún mayor y "con mayor ilusión; aquí no está cantado y por eso es importante que el Ayuntamiento, y otras administraciones, se esté comprometiendo, porque además es su obligación ética y moral buscar estos restos".
La asociación busca a sus seres queridos y, añade, "estamos en la obligación entre todos de buscarlos". E insiste: "El hecho de que Jerez a día de hoy los busque ya es una forma de honrar su memoria. Jerez no puede quedarse al margen de lo que están haciendo otras poblaciones más pequeñas, recuperar la memoria y el cuerpo físico de esas personas asesinadas simplemente por mantenerse fieles a un gobierno legítimo".