Un auténtico revuelo han formado en Reino Unido y una buena parte del planeta los secretos que revela el príncipe Enrique en En la sombra, un libro biográfico que ha llevado a miles de lectores a hacer colas durante la madrugada en Inglaterra para hacerse con un ejemplar.
De tal magnitud son las explosivas declaraciones que realiza el duque de Sussex en el libro, que su padre, el rey Carlos III, ha pedido a sus abogados que tomen las medidas oportunas contra el hijo menor de Diana de Gales.
En el libro cuenta una brutal pelea que tuvo con su hermano William, primero en la línea de sucesión de la corona británica. Harry desvela que William llamó a Meghan, su mujer, "difícil, grosera y abrasiva". Esto hizo que ambos discutieran hasta que William "me agarró por el cuello, rompió mi collar y me tiró al suelo. Aterricé en el plato del perro, que se partió debajo de mi espalda. Los pedazos me cortaron. Me quedé allí por un momento, aturdido. Luego, me puse de pie y le dije que saliera".
El príncipe Harry también confiesa que, al igual que su hermano, fue circuncidado cuando era bebé. Una cuestión que llegó a convertirse en debate nacional debido a la supuesta oposición de la princesa Diana a esta intervención que se suele realizar por razones médicas o religiosas.
Sus partes íntimas protagonizan otro episodio en el libro. El hijo menor de Lady Di detalla que, en un viaje al Polo Norte, sus genitales se quedaron "congelados", teniendo problemas durante semanas para que recuperasen su estado habitual. “Papá estaba muy interesado y simpatizaba por la incomodidad de mis orejas y mejillas cortadas por la escarcha. Entonces no quise hablar demasiado de mi pene, pero al volver a casa me di cuenta de que estaba congelado y mientras que las orejas y las mejillas ya se estaban curando, el pene no. Se estaba convirtiendo en un problema cada día más grande".
Y otro de los secretos que ha dejado de serlo tras la publicación de esta polémica biografía es el que hace referencia al día que perdió su virginidad a los 17 años. "Fue con una señora mayor que amaba mucho a los caballos. Me trató como un joven semental, pero uno de mis errores fue dejar que sucediera en un campo, justo detrás de un pub concurrido. Sin duda, alguien nos vio".
También en su libro, Harry ha dado veracidad a lo que parecía una leyenda urbana, el osito de peluche de su infancia con el que siempre viaja Carlos III. “El osito acompañaba a mi padre a todas partes. Era una cosa lamentable; tenía los brazos rotos y estaba despeluchado y lleno de remiendos", ha detallado.
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