Estos días se ha viralizado a través de redes sociales una denuncia de Ana Aliaño, una madre que pide a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía un monitor que permanezca toda la jornada escolar (cinco horas) con su hijo, que padece autismo infantil. Manuel Jesús tiene solo tres años y hace apenas diez días que comenzó a ir al colegio por primera vez, aunque para sorpresa de su madre, la monitora de apoyo que debe garantizar la escuela pública estaba solo dos horas, en lugar de las cinco que dura la jornada escolar. La delegación territorial de Educación, con la que se ha puesto en contacto lavozdelsur.es, no ha hecho hasta ahora ningún tipo de valoración sobre este caso.
Manuel pasó una valoración psicológica del propio centro, que determinó que no era necesario que estuviera en ningún tipo de aula específica, pero que sí necesitaba un monitor de apoyo junto a su tutora. “Cuando hicimos la matrícula solicitamos, con la dirección del colegio, un monitor porque era necesario, pero está solo de 10:00 a 12:00 horas, y los profesores no pueden estar pendientes de Manuel y del resto de la clase a la vez durante el resto del tiempo”, cuenta Ana a este medio.
El centro, el CEIP San José Obrero, ya ha solicitado a la Consejería de Educación que se amplíe la jornada laboral a la monitora que se encarga de estar con Manuel en clase porque es un niño dependiente que tiene la necesidad de tener unos cuidados continuos. Su madre agradece que el colegio les ayude en esta reclamación, que no es ni mucho menos caprichosa. No en vano, cuenta cómo hace unos días recibió una llamada a media mañana para que fuera a cambiarle el pañal a su hijo porque la monitora ya se había ido a otro centro a trabajar con otros niños con las mismas necesidades. “Yo le cambié, por supuesto. El problema es que puedo estar lejos y tardar mucho en llegar", dice su madre. Manuel, además, sufre de piel atópica por lo que no puede estar con el pañal manchado mucho tiempo.
Pensando en diferentes soluciones, Ana no se plantea cambiar a su hijo a un centro especial basándose en la valoración psicológica que se hizo a Manuel en el San José Obrero. “A mi hijo no le hacen falta ni clases específicas, ni ningún centro especial, está completamente apto para integrarse con el resto de niños”. También ha acudido al servicio de asuntos sociales del Centro Cívico La Granja en busca de ayuda para enviar un escrito a la Consejería de Educación, pero cuenta que allí no han podido ayudarla. A pesar de todo, Ana asegura que, en apenas diez días de clase, han visto en Manuel un cambio brutal. “A él le encanta ir al colegio. Estos días está mucho más contento, habla mucho más, nos mira a los ojos…”, reconoce su madre.
Manuel jugando con su madre. FOTO: MANU GARCÍA.
El post que Ana escribió en Facebook este jueves ha sido compartido por más de 4.500 personas y, en los comentarios, se puede leer cómo otras madres y padres se han quejado de que sufren la misma situación en otros centros de Jerez. Por ejemplo, en el colegio Montealegre o en el Tartessos. En este último, además del aula específica, tienen a seis niños en procesos de integración que necesitan atenciones especiales, pero la Junta solo les concede un monitor que atiende 20 minutos a cada clase porque su jornada laboral es reducida. “Los niños no están debidamente atendidos”, cuenta Ana Varela, presidenta del AMPA de dicho centro, que además también confirma que se ha enviado a Sevilla una instancia solicitando que se amplíe lo antes posible la jornada laboral a este monitor. “Vamos a dar unos días de margen de actuación, pero no pueden tardar mucho porque el colegio ya ha empezado”.
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