Espían y despiden a un trabajador de Bidafarma con problemas de espalda: "Me han estado persiguiendo"

Alberto Gómez, trabajador despedido por Bidafarma de forma improcedente.

Cojeando y acompañado del responsable de salud laboral en el comité de empresa de Bidafarma, Alberto Gómez se aproxima al encuentro con lavozdelsur.es tras unas semanas muy complicadas. "He estado renqueando, deprimido, no daban con el diagnóstico y he sido tan tonto que llamaba al servicio médico de la empresa para que me ayudaran". Así define el trabajador sus primeros meses con la enfermedad que ahora tiene diagnosticada y por la que la empresa farmacéutica, al estar más de un año de baja, supuestamente le ha despedido. Tras pedir un traslado desde Málaga, donde trabajó en Cofaran durante 15 años, odo se complicó. Al poco tiempo de llegar a la ciudad pese a "la ilusión inicial de conocer a los nuevos compañeros", unas dolencias en la espalda le impidieron desarrollar con normalidad su trabajo, de dependiente y mozo de carga.

"Me mudé a Jerez porque me casé y tengo a mi hija aquí", reconoce sobre una situación familiar a la que la empresa no puso ninguna pega. "No tengo ninguna queja en todos los años que he trabajado en Cofaran, luego Bidafarma; entre los días más felices de mi vida está el día en que empecé a trabajar en esta empresa, no entiendo por qué ha pasado esto", explica. Los problemas de espalda se incrementaron, y la baja se extendió, sumando ya unos trece meses. "Lo que yo he entendido es que tengo como una protusión discal, mi columna muy estrecha y el efecto es una especie de hernia; me dijeron que no me preocupara, que me operarían y, de hecho, es lo que estoy esperando con el diagnóstico hecho", cuenta a este medio. El diagnóstico, realizado por un médico privado que él mismo se ha costeado, está avalado también por la seguridad social pero no por la empresa: lumbociatalgia mecánica crónica con claudicación neurógena en relación con canal lumbar estrecho mixto, en los espacios L4-L5 y L5-S1. El trabajador afectado durante el encuentro con lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA."El traumatólogo me recomendó caminar, pero que evite esfuerzos grande;, si la empresa tuviera algo que decir lo normal a nivel jurídico es que abrieran un expediente disciplinario para poder tener derecho a defenderme pero se negaron", se sincera sobre su situación. Un día, a colación de la solicitud de un trámite fue llamado por la empresa. "Lo recuerdo perfectamente, fue el 11 de abril", dice visiblemente afectado. Aquel día, sin mediar palabra, asegura, se le presentó la carta de despido. Uno de los motivos que alegaba la empresa precisamente era el poder transportarse a Sevilla. "Hay cosas que has hecho mal", le dijeron. Él sigue sin entender cuáles. "Pues claro que puedo coger el coche, lo que no puedo hacer son grandes esfuerzos. Lo que quieren es deshacerse de mí".Según asegura su compañero Guillermo, del comité de empresa, la situación de Alberto es un "sinsentido". "Tiene informes para justificar su baja laboral, tanto del médico privado como de la seguridad social: ¿por qué se están ensañando con él?", se pregunta extrañado. Este trabajador, que lleva desde los años 80 trabajando en la sede jerezana de esta empresa, recuerda el día que se enteró del despido del compañero, al que no conocían tanto por haber llegado hace poco a Jerez. "Estaba conduciendo, me llamaron desde el departamento de Recursos Humanos y me eché a un lado; me dijeron que habían despedido a Alberto y no me dieron razones. Lo primero que pensé es que había pasado algo, lo lógico que uno piensa cuando despiden a alguien es que ha hecho algo mal, que ha robado o lo que fuera, pero no. El único motivo era que estaba de baja", explica. Guillermo, del comité de empresa de Bidafarma. FOTO: MANU GARCÍA.Tanto Guillermo como Alberto creen que los motivos que alega Bidafarma no son reales. De hecho, Guillermo, como responsable de salud laboral asegura haber estado con el médico de la empresa poco antes valorando la baja de cuatro trabajadores, entre ellas la de Alberto: "Recuerdo que todas fueron aceptadas". Es por ello que sospechan algo más. El trabajador que ya perteneció al comité de empresa de Bidafarma en Málaga y que es delegado sindical a nivel andaluz, había mantenido contacto para presentarse a las próximas elecciones sindicales. Su situación, con 41 años de edad y década y media de experiencia en la empresa, cree que "molesta" a alguien, máxime teniendo en cuenta que prácticamente todos los trabajadores rozan ya la edad de prejubilación o, por el contrario, son muy jóvenes y tienen condiciones laborales muy malas. "Yo desentono porque mi contrato es fruto de un convenio colectivo de Cofaram, y soy mucho más caro que hasta algunos trabajadores antiguos; las razones que se plantean en la carta de despido es que he andado y he cogido el coche, lo cual no tiene sentido", denuncia.Según los trabajadores, Bidafarma le ha puesto un "detective" a Alberto, para "vigilar sus movimientos". "Nos han dicho que le han grabado un vídeo paseando con su niño, saltando un charco y haciendo largas caminatas", dice el sindicalista incrédulo. "Me han estado persiguiendo y ahora me amenazan con un vídeo, ¿qué sentido tiene todo esto"?, se pregunta el afectado. Guillermo, de hecho, llegó a preguntárselo a la dirección sin encontrar una respuesta más allá de que se apartara del caso. "¿Cómo voy a apartarme? Entonces si no me mojo con otros compañeros, ¿para qué estoy en el comité? Ellos creían que al no conocerlo tanto, los compañeros íbamos a dejarlo de lado pero aquí estamos apoyándole", añade.El viernes 10 de mayo a las 10:30 horas, los sindicatos han convocado una concentración en las puertas de Bidafarma Jerez, en Puertas del Sur, para mostrar su apoyo al trabajador. La conciliación entre el trabajador y la empresa tendrá el lugar el 29 de mayo, y en el caso de no haberla se procederá a ir a juicio. Su compañero lo tiene claro. "No nos vamos a quedar quietos, vamos a seguir hasta el final".