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Lidl ha querido responder a la polémica declaración del Observatorio de Bienestar Animal (OBA), quien ha determinado que el 97,9% de las bandejas de pollo analizadas del supermercado alemán tras un estudio de 6.097 muestras presentan anomalías.
La información, de la que se hizo eco Público, recoge que la carne analizada muestra estrías blancas, una patología que, aunque no perjudica la salud humana, sí que disminuye el valor nutricional del producto. En este sentido, el pollo tiene hasta un 224% más de grasa, un 10% menos de colágeno, un 21% más de calorías y hasta un 9% menos de proteínas.
Las muestras analizadas han sido recogidas en 321 puntos de venta distribuidos por todas las comunidades autónomas de España. Esta anomalía hace que sea prácticamente imposible que el supermercado alemán pueda reflejar en la etiqueta de la bandeja de pechuga de pollo el valor concreto que tiene cada lote, ya que pueden existir algunos con más o menos estrías.
La carne del Lidl lleva meses siendo analizada con lupa. Ya en julio pasado, el OBA insistía en que la cadena germana sigue "sin disponer de una política pública que evite el hacinamiento de pollos. Están criados con excrementos".
Sin embargo, Lidl niega esta realidad y dice que OBA es una "organización privada" y llama a contar con "voces autorizadas" que pueden "aportar un poco de luz sobre el asunto para evitar confusiones" en una nota que remiten a lavozdelsur.es y otros medios.
En esa línea, dicen que "hay que tomar como referencia" a la Asociación de Supermercados de España (ASEDAS), y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), a las que dicen que sí hay que "comentar de forma objetiva" en una misiva del departamento de Consumo de una empresa asociada a la compañía.
El comunicado de Lidl
En primer lugar, queremos dejar constancia de que garantizar la calidad de nuestros productos es una prioridad para Lidl, extendiéndola a los propios procesos para garantizar que los productos conservan las mejores condiciones desde el proveedor hasta el cliente final. Para ello, realizamos exhaustivos controles de calidad a lo largo de toda la cadena de suministro a través de organismos independientes y acreditados. De hecho, tal es nuestra prioridad, que nuestra política de compras (incluida la de productos cárnicos) establece límites más estrictos que los propios requisitos legales.
Todos nuestros proveedores cuentan además con avales de certificación internacionalmente reconocidos como International Food Standard (IFS) o el British Retail Consortium (BRC) que certifican los más altos estándares de calidad, y en especial la seguridad alimentaria. Además de estas revisiones minuciosas por parte de Lidl, tanto autoridades como servicios sanitarios también realizan controles de todos nuestros proveedores y productos que comercializamos en nuestras tiendas (especialmente los artículos frescos y la carne de ave), asegurando de este modo que cumplen con todos los requisitos de la legislación vigente.
La presencia de estrías blancas en la carne de ave es un elemento común en el pollo que se comercializa habitualmente en los supermercados de España (y no solo en Lidl). Tal y como manifiesta la comunidad científica, se trata de un factor visual que separa la grasa de la carne, que no afecta al valor nutricional del producto y, ni mucho menos, a su calidad y seguridad alimentaria.
Por desgracia, no es la primera vez que esta organización lanza una acusación contra Lidl a través de los medios de comunicación y sin contrastar su información previamente con nosotros. Una vez más, utiliza de forma gratuita la seguridad alimentaria como factor reclamo para presionar a las empresas a que cumplan sus exigencias.