Morirse no resulta precisamente una cuestión barata. A los costes del ataúd y el velatorio hay que añadir los de la inhumación o incineración más el coche fúnebre, las esquelas o las flores. Los gastos de un entierro sencillo pueden dispararse de media por encima de los 3.700 euros. Y, dependiendo de la ciudad, la cifra puede superar los 5.000 euros. En este sentido, hay una gran diferencia económica dependiendo del lugar donde tenga lugar el entierro o incineración.
En la mayor parte de España, los cementerios son de responsabilidad municipal. Y en muchos casos son los grandes responsables de la elevada factura que deben pagar los usuarios cuando hay un fallecimiento.
Con relación a la inhumación (enterramiento) o incineración –sin añadir otro tipo de gastos–, un informe de OCU revela que Madrid es la provincia con los precios más elevados. El servicio de inhumación cuesta de media 2.035 euros, seguida de Valladolid (1.457 euros) y Ciudad Real (1.410). En cuanto a los servicios de cremación, Salamanca (1.122 euros) es la provincia con el precio más alto, seguida de Valladolid (1.028) y Granada (968).
Con respecto a Andalucía, Granada es la provincia más cara de la comunidad para morirse. La inhumación sale de medio por 824 euros. En Cádiz, el enterramiento tiene un valor de 705 euros, mientras que la incineración cuesta 818 euros. En Málaga, la inhumación vale de media 551 euros por los 802 euros de la cremación.
Córdoba es la cuarta provincia de Andalucía más cara para celebrar un funeral, con un precio de media de 481 la inhumación y 518 la incineración. En Sevilla, por su parte, el enterramiento tiene un coste de 363 euros y la incineración de 227.