Gabriel Pedrero, un ex testigo de Jehová de 36 años de edad, ha denunciado los abusos sexuales que sufrió durante cuatro años por parte de un pastor anciano perteneciente a esta confesión religiosa.
"Tuve miedo al contarlo y decidí dejarlo en manos de Jehová, tal como nos enseñan cuando algo no puede solucionarse", manifiesta Gabriel, que durante 30 años perteneció a los testigos de Jehová. Añade que "la política de ellos es que si no hay más de 2 testigos oculares no mueven ningún dedo a través de sus juicios internos llamados comités judiciales".
Por contar su experiencia dentro de la organización, ha recibido amenazas y denuncias por parte de la cúpula de los testigos de Jehová. Cuando salió de la congregación, acabó denunciando a su abusador. Ahora está a la espera de juicio en la Audiencia Provincial de Madrid.
Al salir de los testigos de Jehová, cuenta Gabriel, "sales traumatizado. He pasado toda mi vida allí y mis amistades han sido dentro. Ahora, nadie puede tener ningún contacto conmigo, ni siquiera un saludo, ya que soy considerado un apóstata peligroso estando en el mundo de Satanás, que es lo que dicen hay fuera de la burbuja de ellos".
Su salida ha sido empezar de cero y conocer nuevas cosas tan simples a priori como celebrar cumpleaños, Navidades, carnavales, intimar con gente o ir a discotecas. A pesar del paso dado, Gabriel muchas veces piensa que "tuve que haberme quedado con los testigos de Jehová, callarme el abuso que sufrí y seguir ocultando que soy homosexual por el dolor que sufro de no tener amigos y sentirme solo. Son amistades condicionadas a estar en esta secta aguantando todo, pero tendría al menos gente con quien compartir amistades o compañía física de personas".
Al abandonar los testigos, ha quedado condenado a lo que considera "una muerte social", ya que le impiden que otros miembros de la confesión religiosa hablen con él. "Es muy doloroso que tampoco puedas tener contacto con tus padres, hijos o abuelos si pertenecen a los testigos de Jehová. Si el ex testigo de Jehová vive con ellos, el trato sería el esencial. Si viven independientes, el trato es nulo".
Gabriel también ha denunciado la doble moral de los testigos de Jehová, que tiene prohibido votar a partidos políticos "del mundo de Satanás", pero no tienen problemas para "recibir con los brazos abiertos la ayuda de los políticos para no pagar el IBI, algo que les supondría un ahora de más o menos dos millones de euros y el impuesto de sociedades al año".
A finales de abril, el Gobierno llegó a un acuerdo para que testigos de Jehová, evangelistas y el resto de cultos no pagasen ni el IBI ni el impuesto de sociedades.