Gonzalo García Yangüela, bisnieto de Queipo de Llano, se ha pronunciado sobre la exhumación de los restos del genocida, de su mujer Genoveva Martí Tovar y de Francisco Bohórquez. Es la primera vez que un familiar directo del Carnicero de Sevilla habla sobre la exhumación que tuvo lugar el pasado 2 de noviembre.
En una carta dirigida a ABC, el bisnieto del general franquista, responsable directo de más de 45.000 asesinatos, habla de la "profanación" de los restos de sus bisabuelos y afirma que "hay una parte muy pequeña de la sociedad que elabora un relato absolutamente ajeno a la realidad y lo repite machaconamente". Otra parte, según García Yangüela, no se atreve a discutirlo por "no ser señalado y, pasado algún tiempo, acaba no solo aceptando el relato sino colaborando a su difusión en imposición como versión oficial indiscutible".
El bisnieto del genocida habla de "charlas absolutamente apócrifas y sin ninguna base histórica" para tratar de defender las atrocidades que hizo su familiar. Charlas que afirma que son "recreadas incluso por actores y emitidas en medios", aceptándolas la opinión como "supuesto documento histórico en el que todo un ministro se 'basa' para decir barbaridades desde un estrado público".
En su carta, García Yangüela también carga contra el papel desempeñado por la Hermandad de la Macarena en la exhumación de los restos de Queipo de Llano y Francisco Bohórquez. "Los responsables de unos templos, que según acuerdos internacionales son inviolables y que tienen su propio derecho para fijar quién puede o no puede estar allí enterrado, aceptan que el poder político disponga sobre ellos. Para hacerlo hoy usan la acusación 'ad hominem'. Para hacerlo mañana no les hará falta. Podrán dictar qué puede o no puede haber en un retablo, qué puede decirse o no decirse desde un ambón. Y los cobardes tendrán que decir, como han dicho hoy que 'como no puede ser de otra manera, siempre vamos a cumplir la ley', añadiendo raudos, para evitar dudas: 'y lo estamos deseando'".
El bisnieto del Carnicero de Sevilla termina su relato asegurando que el juicio sobre su bisabuelo, Genoveva y Francisco ya tuvo lugar y que lo de ahora es un "juicio manipulado y artificial construido por bien pagados profesionales de lo que llaman 'memoria' puede tener peso en las leyes humanas, pero no podrán cambiar la realidad. El juicio que debería importar a los profanadores llegará. Y en el mismo banquillo se habrán de sentar aquellos que recibieron el encargo de defender los derechos de Dios y de su Iglesia y, en lugar de ello, corrieron a que no les quitasen el carné de demócratas y gentes de progreso. Dios se apiade de ellos".
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