Varias decenas de venezolanos, puede que se llegara a cien el algún pico, se han concentrado en la plaza del Arenal, en pleno centro de Jerez, para solicitar a Nicolás Maduro que reconozca la victoria de la oposición o, en caso contrario, presente las actas que acrediten su victoria. Los concentrados no han lanzado grandes consignas más allá de "libertad, libertad", pero sí han cantado su himno nacional, varios de ellos envueltos en la bandera. "Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó", dice el estribillo del himno, que seguramente en su día iba destinado al Imperio español y, ahora, lo que son las cosas, se lanza desde el sur de España para que le llegue a los oídos del dictador.
Entre los venezolanos que se congregaron hay de todo: expatriados politicos, expatriados económicos... y de los que se pueden poner los dos adjetivos, en absoluto incompatibles. En Jerez no hay un número exacto de venezolanos (se estima que en España hay cerca de medio millón) pero, como dato, nos dicen que la colonia se comunica a través de dos chat de whatsapp, uno con unas 180 personas, el otro con menos, unas 120. Esa es la manera que tienen de relacionarse como comunidad y la manera en que han decidido quedar en la plaza del Arenal para dejar constancia de su "no" a Maduro... y de la estupefacción que para ellos supone que el Gobierno español y la Unión Europea (UE) se hayan puesto de perfil en este tema, que si bien es cierto que no reconocen la victoria de Maduro -España, por ejemplo, no enviará ningún representante a su proclamación- tampoco han hecho gran cosa en su contra, muy lejos de países como Estados Unidos o Canadá que han reconocido abiertamente la victoria del opositor Edmundo González.
Venezuela es un país que en las próximas horas va a vivir la toma de posesión de su presidente: o un nuevo mandato de Nicolás Maduro o una sorpresiva investidura de Edmundo González, que en el momento de escribir estas líneas (las 21 horas del 9 de enero) está en la República Dominicana y mantiene -así nos lo han hecho llegar participantes en la concentración que mantienen contacto con su entorno- su decisión de llegar a Caracas para ser proclamado primer mandatario del país.
En la plaza del Arenal departimos con algunos de ellos, con Yessika, Luis Carlos o Joelis, por ejemplo, y en todos se percibe la preocupación por lo que pueda pasar los próximos días en su país natal. Yessika Quintero es concejala del PP y estima que la clave está en la geopolítica internacional. "Si cae la dictadura en Venezuela, luego puede ir Nicaragua, Cuba... Hay intereses importantes en que siga Maduro, caso de China o Turquía". Para ella, es fundamental también todo lo que concierne a las actas electorales, la estrategia que diseñó María Corina Machado y que, desde su punto de vista, ha sido fundamental para el reconocimiento de la victoria de la oposición por el ejecutivo de Joe Bidden o la cobertura que le ha dado la Fundación Jimmy Carter (del expresidente de EEUU recientemente fallecido). Joelis trabajó para Henrique Capriles, un antiguo líder de la oposición que fue candidato a la presidencia de la República, al que llevaba temas de comunicación institucional en su época como gobernador. Habla con sus compatriotas de la dificultad de volver, de contactar, de que si entras no sales... Luis Carlos, por su parte, es tal vez de los más longevos en España, donde lleva 33 años residiendo. Es músico, se dedica también a temas de sonido e insonorización en pubs, discotecas... Es un tipo amable que deja claro que le gusta mucho España, Andalucía, Canarias... pero que lógicamente, su país es su país. Es el propio Luis Carlos el que, además del estribillo, nos recuerda otras estrofas de su himno nacional que vienen muy a cuento: "Abajo cadenas, gritaba el Señor/ y el pobre en su choza libertad pidió...".
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