Un cucharón de cocina ha sido retirado del mercado. Así lo ha ordenado la cadena de bazares Tedi, de origen alemán y con presencia en gran parte de España, marca a la que pertenece este utensilio que contiene niveles elevados de hidrocarburos aromáticos, compuestos que pueden ser perjudiciales para la salud humana, según ha anunciado Facua.
El producto afectado corresponde al número de artículo 29821001001000000100 y estuvo disponible en tiendas entre el 29 de abril de 2024 y el 31 de marzo de 2025. La empresa ha advertido a sus clientes sobre el riesgo asociado al uso continuado del utensilio y ha recomendado no utilizarlo más. Como medida compensatoria, Tedi ofrece el reembolso del importe, que asciende a un euro, o la posibilidad de cambiar el artículo por otro disponible en sus establecimientos.
Para las personas que deseen devolverla, la compañía ha puesto a disposición el teléfono 961 367 900 y el correo electrónico comercio@tedi.com. Desde Tedi aseguran estar comprometidos con la seguridad de sus productos y han tomado la decisión de manera preventiva, con el fin de proteger a sus consumidores.
El origen de la alerta se encuentra en la detección de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs) en el material del cucharón. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), estas sustancias pueden formarse durante la combustión incompleta de materia orgánica como el carbón, petróleo, gasolina, basuras o incluso carne a la parrilla.
Perjudiciales para la salud
La Aesan explica que los HAPs están asociados a efectos irritantes en piel y ojos por contacto directo, así como a problemas respiratorios en caso de inhalación y alteraciones neurológicas. Cuando se ingieren, especialmente de forma continuada, pueden producir trastornos en el sistema inmunitario y problemas de coagulación, debido a la disminución de leucocitos y plaquetas.
Además, existen investigaciones que vinculan algunos de estos compuestos con el desarrollo de cáncer. Es el caso del benzopireno, una de las sustancias más estudiadas, que ha sido clasificada por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) como carcinógeno para humanos (Grupo 1).