La historia de Francisco Javier ha saltado recientemente a los medios de comunicación. Hace ocho meses comenzó los trámites legales para, con la nueva Ley Trans, cambiar de género. Natural de Carmona (Sevilla), lleva 20 años como militar, pero su cambio de género ha confesado sentirse discriminada.
Francisco Javier sigue conservando su nombre y un aspecto físico –mide casi dos metros, lleva barba y viste uniforme militar masculino– que no piensa cambiar. "La ley me permite mantener mi nombre, mantener mi estado físico y cambiarme de género", ha afirmado.
Esta mujer soldado confiesa que solo quiere ser tratada como una persona normal. A los comentarios que circulan por su cuartel no quiere prestarle atención, ya que, como ha comentado al programa Y ahora Sonsoles, "lo que más me importa es la opinión de mi hija, que ha sido la primera en llamarme mamá".
"La gente cree que me quiero aprovechar, pero esto tiene un trámite y tiene unas consecuencias", ha añadido afirmando que "no puedo explicar por qué me siento mujer. Es un sentimiento. Qué más da que tenga barba o mida dos metros".
Contenta con su nombre y su cuerpo, que no tiene previsto cambiar, Francisco Javier ha sido vetado por ahora en el vestuario femenino. Tras su cambio de género, solicitó también poder usar las instalaciones usadas por las mujeres, pero por ahora esta petición ha sido rechazada por "estar la ocupación al 110%".
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