De tener una boda por todo lo alto y un chalet en Pozoalbero, a la mayor desilusión de su vida. Es la historia de Eva, una joven de Jerez que acaba de saber que su novio, de San Fernando, ha fingido su secuestro después de no hacer frente a la compra de la vivienda, valorada en unos 400.000 euros, en una estafa de la que no va a salir tan mal parado como podría haberlo hecho.
La pareja se dirigió a la inmobiliaria Finansol de Jerez y fueron atendidos por Ignacio Almeda, que cuenta la particular experiencia a lavozdelsur.es: "Llegó la parejita diciendo que se quería comprar un chalé. Le ofrecimos una opción y se la quedó sin ningún tipo de negociación. Decía que el precio no era un problema porque tenía dinero".
La versión que contaba el joven es que le había tocado la lotería y que estaba dispuesto a afrontar la compra sin recurrir a una hipoteca. Eso sí, se había comprometido a abonar el 10% como señal y ahí empezaron los problemas. "Le dijo a una tercera persona que hiciera la transferencia y nos mandaron el justificante de haberla hecho. Pero pasaron tres días y el dinero no llegaba".
La parte vendedora contactó con el banco de donde procedía la transferencia y el joven terminó disculpándose señalando que el dinero lo tenía en un fondo de inversión. Realizó una supuesta nueva transferencia desde otro banco, pero el resultado fue el mismo. "Ya empezamos a pensar que nos estaban tomando por tontos, porque el cliente decía que había alguna incidencia ajena a él. En el banco me lo negaron y cuando hablamos con él se puso a la defensiva porque habíamos estado preguntando por sus cuentas".
En total fueron dos meses de gestiones de la pareja con la inmobiliaria y ya se veía venir que algo estaba ocultando. La siguiente excusa del estafador fue decir que "era un cliente especial y que no aparecía el dinero en las cuentas como una medida de protección. Eso también nos lo negaron en el banco. Es verdad que hay clientes con un gran patrimonio que cuentan con un gestor personal. Pero no era el caso".
Ignacio Almeda se dirigió a la abogada del supuesto secuestrado. A ella también la había engañado mostrándole fotocopias de su cuenta donde aparecía un dinero que no era real. "La abogada nos dijo que el chico estaba estudiando Derecho, pero que había dejado la carrera. Me comentó que era un chaval normal".
Eso mismo pensaba su novia, que se había comprado ya el traje de novia. También habían ido a elegir la cocina que iban a colocar en el chalet, pero todo eran castillos en el aire. Se hizo un nuevo contrato de arras y el día antes de la compraventa le pidió Ignacio Almeda que le mandara fotos de los cheques para incorporarlos a la escritura. Por supuesto, esa foto nunca llegó. "Hablando con la parte vendedora les dije que al día siguiente pasaría algo que haría que el chico no apareciera. Y así fue".
No fue a la notaría y la novia llamó a la inmobiliaria llorando explicando lo de su supuesto secuestro. "Nos dijo que la policía había ido a su casa porque él ya no cogía el teléfono y había desaparecido. Nos fuimos al notario para levantar acta y del resto nos enteramos por los medios". Presumía de que le había tocado un millón y medio de euros, pero todo era mentira.
Sus padres y novia, preocupados por su ausencia, acudieron a la comisaría de San Fernando para denunciar lo sucedido. Allí, presentaron una serie de pruebas que hacían creer que se trataba de un secuestro. La Unidad de Policía Judicial de San Fernando y la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Cádiz asumieron el caso y fue localizado en una gasolinera de Málaga en perfecto estado.
Fue detenido acusado de simulación de delito y en un juicio rápido se le ha impuesto una multa. Ignacio Almeda no lo denunciará finalmente: "Me dijeron que lo hiciera para cobrar mis honorarios, pero yo vivo de mi trabajo y no de eso".
