Javier González, gerente de Náutica Gurri en Sancti Petri (Chiclana), se encontraba con sus alumnos a orillas de la playa cuando se percató de que varios migrantes eran arrojados al mar por unos narcos.
Aunque en esta fecha del año su negocio ya está cerrado, dio la casualidad de que tenía una pequeña zódiac y, sin pensárselo dos veces, se metió junto a su hijo Jorge para rescatar a las personas que habían sido tiradas al agua tras ser apuntadas incluso con pistolas por los cuatro tripulantes al mando.
Con el gesto que tuvieron, Javier y Jorge lograron salvar la vida de las ocho personas que iban en la embarcación. No tuvieron la misma suerte cuatro de los 27 migrantes que iban en otra que llegó a la orilla de la playa de Camposoto.
"Vimos una lancha de narcos, que estamos acostumbrados a verlos, pero nunca los habíamos visto tirando a personas a cien metros nuestra. En la zona donde tengo la escuela náutica hay muchas corrientes y sabía que esas personas estaban abocadas al fracaso", cuenta Javier a lavozdelsur.es.
En la pequeña embarcación que tenían a mano fueron a socorrer a las víctimas. Dos de los migrantes, de origen magrebí, estaban flotando, pero llevaban mucha ropa puesta. Había algunos inconscientes, que fueron los primeros que llevamos a la orilla". Ya en la arena, los alumnos de su escuela prestaron los primeros auxilios, mientras que Javier y Jorge volvían al agua por el resto. Tres de los migrantes auxiliados han tenido que ser ingresados en el hospital al presentar un cuadro de hipotermia.
Los supervivientes de lo que pudo haber acabado en una tragedia mostraron su agradecimiento hacia Jorge y Javier, que no puede quitarse de la cabeza que esas personas podrían haber perdido la vida. "Lo que ocurrió no fue normal. Los tiraron al agua como si fueran ratas".
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