Hace tan solo unas semanas llegaron las cinco Stolpersteine de los jerezanos asesinados en campos de concentración nazis. La iniciativa, también llamada piedras de la memoria, busca rendir memoria a los represaliados por el régimen del horror a través de bloques de cemento que tienen una lámina de latón dorado en la que se recuerda a una víctima del régimen nazi. La idea original, del artista alemán Gunter Demnig, ya cuenta con 79.000 Stoleprsteine en más dde 2.000 ciudades de 26 países. Fue Demnig quien colocó la primera hace ya más de un cuarto de siglo, en 1995, en su Colonia natal.
Ahora las Stolpersteine han llegado a los centros educativos de Jerez a través de un recorrido memorialista que busca sensibilizar y concienciar a los alumnos y alumnas de diferentes institutos. De esa forma, a principios de mayo se celebró en el IES Alvar Núñez las jornadas Los desastres de la guerra, en el que a través de una exposición sobre el exilio republicano los estudiantes pudieron analizar el destino de los republicanos en campos de concentración como Mauthausen y Gusen.
Luego, tuvieron el honor de posar con las piedras de la memoria, sintiendo "en primera persona la conexión con sus cinco vecinos en aquellos tristes sucesos que tuvieron lugar durante la Segunda Guerra Mundial", explica Stolpersteine Jerez. De hecho, el alumnado posó con camisetas con el triángulo azul de los Rotspanier, los deportados españoles a campos de exterminio.
De la misma forma, hace unos días, representantes de la iniciativa en Jerez acudieron a otro centro educativo, el IES Seritium, donde explicaron a través de una charla quiénes eran estos jerezanos. "No debemos olvidarles, ni a ellos ni lo que ocurrió durante aquel periodo oscuro de nuestra historia reciente", señalan desde el colectivo.
Los nombres de los asesinados en los campos nazis son Antonio de la Rosa Tozo (integrante del “tren fantasma” y asesinado Dachau en 1944), Diego Pérez Núñez (asesinado en 1941 en el castillo de Hartheim, perteneciente al campo de concentración de Mathausen), Manuel Carrasco Cortijo, Salvador Linares Barrera (ambos asesinados en el subcampo de Mathausen-Gusen en 1941) y Rafael Domínguez Redondo (asesinado también en Gusen en 1942).