Dani Alves y Joana Sanz esperan su primer bebé. Así lo ha anunciado la esposa del exfutbolista este lunes 31 de marzo a través de sus redes sociales. La modelo ha publicado un vídeo que incluye una ecografía y un emotivo mensaje en el que, aunque no lo confirma explícitamente, deja entrever que espera una niña.
Esta noticia sale a la luz apenas tres días después de que se hiciera pública la absolución de Dani Alves por el delito de agresión sexual. En su publicación, Sanz ha explicado que decidió hacer pública su maternidad no solo por el momento que vive, sino también en apoyo a otras mujeres que atraviesan procesos similares. "No quería compartir nada hasta que fuera más que evidente, pero quise compartirlo por las que están en la lucha", ha escrito.
La modelo ha relatado con detalle el complejo y doloroso camino que ha recorrido hasta llegar a este momento. A lo largo de una década, se ha sometido a dos fecundaciones in vitro, ha sufrido tres abortos, ha sido operada de las trompas de Falopio y ha sido diagnosticada con endometriosis. “La frustración y el por qué ‘todas’ se embarazan como por arte de magia me atormentaba”, ha confesado en su publicación.
La pérdida de su madre
Sanz también ha reflexionado sobre su relación con la maternidad, asegurando que nunca sintió un instinto maternal hasta hace cinco años, cuando comenzó a plantearse la posibilidad de ser madre. Reconoce que el miedo la acompañó en ese proceso: “Miedo porque un ser humano dependerá de mí para sobrevivir, miedo de no trabajar, miedo de perderme yo como mujer…”.
La pérdida de su madre hace dos años ha marcado profundamente su experiencia. Sin padres ni hermanos, Sanz describe haber vivido con una sensación constante de vacío y orfandad, una emoción que, según explica, se transformó al escuchar por primera vez el latido del corazón de su bebé. “Este es mi último embrión congelado, mi última esperanza de tener esa razón por la que ser fuerte en la vida”, ha revelado.
Aún con temores, la modelo celebra esta nueva etapa con ilusión contenida. “Aún no me lo creo y me despierto en la madrugada con el miedo de ver las sábanas llenas de sangre o cierro los ojos en las ecografías hasta que escucho que todo está perfecto”, ha dicho. Su mensaje, cargado de sinceridad y esperanza, concluye con un mensaje para otras mujeres en su situación: “Todo llega, no desistas”.