"Tengo 36 años y estoy pagando un alquiler mientras vivo con mis padres porque no puedo hacer frente a las facturas". Con la voz entrecortada y sujetando una pancarta, Belén ha mostrado su desesperación frente a la Consejería de Fomento y Vivienda por los retrasos de la Junta de Andalucía en la gestión del Bono Alquiler Joven.
El día estaba marcado para muchos jóvenes andaluces. Los afectados por la gestión de esta ayuda habían establecido el 9 de octubre como la fecha en la que protestar frente a las diferentes sedes de la consejería que dirige Rocío Díaz. Decenas de solicitantes han acudido a la llamada acompañados por numerosos representantes políticos. Lo que está claro es que la convocatoria no ha sido en vano. Juanma Moreno, presidente de la Junta, ha vuelto a pedir disculpas y, por primera vez, ha pedido a los responsables de la tramitación que asuman responsabilidades.
Sin embargo, lo que era una protesta concreta ha terminado reflejando una realidad mucho más dura: miles de jóvenes andaluces sufren para independizarse y pagar el alquiler a pesar de contar con sus respectivos empleos. Y es que tener ingresos regulares era el principal requisito para poder solicitar los 250 euros de la medida que puso en marcha el Gobierno de España y que tenía que tramitar la Junta de Andalucía. Desde que se abriera el plazo en noviembre del pasado año, pocos son los que ya tienen el dinero en sus respectivas cuentas.
Por ello mismo, alguna voz se encargaba de recordar que lo que exigían no era una "paguita", como se suele llamar despectivamente a estas ayudas, sino una necesidad derivada de situaciones precarias en la mayoría de los casos. En el propio manifiesto que los afectados han presentado se mostraban datos como que la emancipación juvenil en España no llega al 16% mientras que en la UE supera el 30% o que la edad para independizarse ya está en los 30 años. Además, el que lo logra tiene que destinar el 80% de su sueldo al alquiler para no tener que depender de compartir piso a dichas edades.
Entre las manifestantes que han acudido a Sevilla estaba Carmen con un cartel en el que exigía a Juanma Moreno el pago de las ayudas. Carmen no cumple los requisitos para el Bono Alquiler Joven y de hecho ya tiene su vida más que hecha. Sin embargo, el retraso ha afectado directamente a su hija Luna de 33 años. Luna tiene empleo estable, pero su pareja no.
"Como madre le he dado de comer y dinero para pagar el alquiler. Si la Junta le hubiera dado el dinero, no hubiera pasado necesidad ni ella, ni nosotros", explica Carmen. Su otro hijo tiene 27 años y aún no se ha independizado. Prepara unas oposiciones en casa de sus padres. "Si le doy más dinero a ella, el otro se queda corto", lamenta.
La situación ha llegado hasta el límite en muchas familias andaluzas. "El sueldo no es alto y hay que quitar 500 euros para el alquiler. ¿Cómo comes con otros 500? Es imposible", pregunta Carmen, quien también le ha ofrecido a su hija que vuelva a casa, reconociendo que le dolería. "Tengo mucha impotencia porque se ríen de ellos", denuncia. Además, señala las diferencias entre lo que ella vivió y lo que está viviendo su hija. "Yo hice mi vida y quiero que ella haga la suya. Ahora con dos trabajos no puedes ni mantenerte. Es una diferencia muy grande".
Luna está a su lado, se independizó con 31 años. Ahora, tras meses esperando el bono, tiene claro que la situación tiene que tener consecuencias. "Pedimos que la consejera dimita", señala a lavozdelsur.es. Este periodo lo ha vivido con "cabreo y ansiedad" y pidiendo ayuda económica a familiares y amigos. "Gracias a Dios, yo no he tenido que volver con mis padres, pero les he tenido que pedir ayuda". Para acudir a la protesta ha pedido un día de vacaciones en su trabajo.
Una de las primeras en llegar a la concentración ha sido María José, de 33 años. Cuando solicitó la ayuda, los precios aún estaban contenidos. "Todo ha subido muchísimo. He tenido que pedir préstamos para poder subsistir. Estamos hasta el cuello. Ha llegado un momento en el que o pagamos o comemos", afirma a este medio.
Nada tiene que ver su estado de ánimo con la ilusión que reconoce haber tenido al principio cuando conoció la existencia de esta cuantía para sobrellevar el peso del alquiler. La realidad tardó poco en hacer frente con una web colapsada. Tuvo que intentarlo desde el trabajo sin éxito. Lo logró tras 24 horas de insistencia. Pese a ello, no ha recibido más noticias sobre esto. El agua, la comida y la luz, sin embargo, no han dejado de subir. "Hemos tenido que pedir préstamos para poder comer", dice. Volver a casa de sus padres no es una opción. "Una vez que das el paso volver atrás es inviable".
"No somos víctimas, somos afectados de una tomadura de pelo de un Gobierno al que le dan igual los jóvenes andaluces". Andrea es una de las representantes de la plataforma que ha sido capaz de organizar las movilizaciones. Durante su intervención se define como una joven "de segunda", en comparación con los solicitantes de otras comunidades autónomas.
La Junta justifica la situación afirmando que el proceso es muy complicado y que en cada fase se puede ir retrasando cada uno de los expedientes que se gestionan. A diferencia de otros asistentes, Andrea ha podido mantener su independencia, aunque a cambio ha tenido que tirar de ahorros con su marido.
Algunos proyectos laborales que tenían en mente no se harán realidad, al menos, de momento. "Da mucha pena y me preocupa la situación de los jóvenes en Andalucía. Todos tenemos a amigos viviendo en casa de sus padres, con contratos precarios o cobrando en negro dentro del sector servicio. Se nos llena la boca hablando del turismo andaluz y en realidad se traduce en contratos precarios para los jóvenes".
Gerardo tiene 33 años y también ha acudido a la protesta pese a que considera que la medida de por sí es "populista" porque "solo nos están dando ayudas a los que sí podemos tener un contrato en un país donde se superan con creces los datos europeos y en el que muchos jóvenes ni siquiera pueden acceder a un contrato".
Este joven apuesta por la creación de un parque de vivienda pública para intervenir directamente los precios y no depender de "una pequeña ayuda que no deja de ser un parche". "No solo los menores de 35 años necesitan una ayuda, también los hay mayores". Precisamente, durante la concentración, un hombre con el pelo canoso llega en bicicleta para denunciar que él paga 700 euros.
"Es un pequeño parche para que una pequeña parte de la población se pueda beneficiar de ello y encima no lo dan", lamenta mientras cuestiona dónde se encuentra el dinero que el Gobierno central aprobó para la medida en Andalucía."Nos estamos manifestando por algo muy justo, pero que no deja de ser una pelea de mínimos".
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