El juego del Calamar es, sin duda, el nuevo fenómeno audiovisual que está en boca de todos en este momento. La serie coreana de Netflix se ha convertido en una de las más vistas en la historia de la plataforma. Su trama de terror es lo que engancha: Una competición donde 456 personas son invitadas a jugar. Quien pierda, muere. Por cada muerte se va sumando dinero a un premio millonario que recibirá el ganador.
Con Halloween en la vuelta de la esquina, los colegios gaditanos han empezado a preocuparse por la repercusión que puede tener esta trama sangrienta en los más pequeño. Se ha colado en las aulas: los niños piden disfrazarse de la serie, pintan las figuras que forman parte de la trama e imitan los juegos clásicos coreanos que aparecen.
La Confederación Andaluza de Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado por la Educación Pública (Codapa) se ha mostrado preocupada por la influencia del contenido violento de la serie de la serie, en los niños, pero han recordado la responsabilidad de la familia a la hora de qué contenidos ven los menores.
"Llevamos preocupados por los contenidos que ven en videojuegos y series los niños. Ahora ha salido El juego del calamar, pero en otro momento son series o programas que no son aptos y llevamos un tiempo preocupados", ha lamentado Maica Matillas, una portavoz de Codapa, que también ha citado como problema en los menores el porno, que cada vez es visto a edades más tempranas.
A esta opinión se suma también la presidenta de la Federación de Ampas de Jerez (Flampa), Verónica Guerrero: “El juego del calamar es una moda que pasará después de Halloween. Ahora la polémica está en esa serie, pero violencia hay en muchos más sitios como los videojuegos, por ejemplo, lo vemos con el Call of Duty. Si no es violencia son contenidos eróticos en otro contenido audiovisual de monda. siempre va a haber algo. La serie no es problema de todo esto”.
“Tenemos que buscar la raíz al problema de todo esto”, afirma Guerrero. “Que los niños no vean contenido violento es algo muy difícil de evitar por los padres. Hay padres que dicen que sus hijos no lo ven, pero la realidad es que llega Navidad y los videojuegos más violentos siempre están acabados en las tiendas”, comenta y añade que “aunque intentes que tus hijos no consuman ese tipo de productos lo harán porque están en la calle y si no lo ven en tu casa lo verán en el de su amigo”.
Pide que no cunda el pánico y afirma que, aunque el tema del juego ya haya llegado hasta el interior de las aulas, están mas impresionados por el revuelo del asunto que está en las calles que por el contenido de la serie. Los colegios de Jerez no están tomando aún medidas drásticas y no lo ven necesario por ahora." Las fiestas infantiles se basarán en adornar las clases y dar algunas golosinas. Otros colegios no lo celebrarán, pero porque no es una fiesta de aquí, nada tiene que ver con El juego del calamar", finaliza Guerrero.
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