“La gente siempre teme a un grupo de mujeres”. Con esas palabras de Mercedes Colunga, presidenta de la asociación Zaharilla, puede resumirse la oposición que encuentra casi a diario el movimiento feminista en España y en el mundo, un obstáculo que también sufren, aunque a menor escala, las asociaciones de mujeres que tratan de luchar por la equidad de derechos en sus diferentes ámbitos de acción.
En Zahara, un pequeño pueblo de la Sierra de Cádiz de apenas 1.400 habitantes, una asociación feminista lleva 20 años combatiendo el desempleo femenino que sufre nuestro país de manera casi endémica: los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que durante el segundo trimestre de 2019 en la provincia gaditana el 31,72 % de las mujeres están en situación de desempleo frente al 18,45 % de los hombres.
“En Zahara estos datos se dan la vuelta”, sentencia Mercedes Colunga en una entrevista a lavozdelsur.es. Y es que en este municipio serrano el paro femenino es menor que el que afecta a los hombres. Según datos del Ministerio de Trabajo, en julio de 2019 había 39 mujeres en paro y 61 hombres, un 17,16 % de tasa de desempleo total, todo un hito que se lleva repitiendo desde hace años.
Esta revolución es fruto del trabajo realizado por la asociación de mujeres Zaharilla, fundada en 1999 y que este año ha celebrado su 20 aniversario. “Al principio nos reunimos 7 u 8 personas con la idea de hacer una asociación cultural pero entonces se empezaron a sumar las mujeres de Zahara, sobre todo las jóvenes, que tenían un problema de empleo, y decidimos que ese debía ser el camino”, explica por teléfono a lavozdelsur.es Mercedes Colunga, presidenta de esta asociación que cuenta con unas 200 socias.
La formación para el empleo, con cursos específicos sobre técnicas de búsqueda de trabajo o cómo hacer un currículo, fueron los primeros pasos que dio esta asociación en su meta por hallar una forma de empoderar a las mujeres rurales, mucho más castigadas por el sistema patriarcal que las que viven en grandes ciudades. Unos cursos que tuvieron “mucha aceptación” entre las mujeres del pueblo y provocó un aumento de socias jóvenes. “Algo muy peculiar porque normalmente en las asociaciones de mujeres la mayoría de las personas que se apuntan son gente mayor”, asegura Mercedes.
Tras los cursos llegaron retos mayores: llevar a la práctica toda la teoría dada en los talleres. Fue entonces, allá por 2001, cuando se atrevieron a pedir la licitación del Restaurante-Bar de la piscina municipal de Zahara donde a día de hoy trabajan una decena de mujeres. “Nos fue bien y nos fuimos atreviendo con nuevos negocios”, indica la presidenta de la asociación.
El restaurante y el chiringuito de la ‘playita’ de Zahara, un asador de pollos, una escuela de verano y una empresa de catering son las otras empresas que se fueron incorporando a la cartera de negocio de Zaharilla. Trabajos que emplean a medio centenar de mujeres en época estival y un centenar en invierno.
Muy criticadas en los inicios
Pero como sucede en la mayoría de los casos, los inicios de esta asociación feminista rural no fueron fáciles. “Fuimos muy criticadas y la gente desconfiaba de lo que podríamos hacer”, revela la presidenta de Zaharilla. “Cuando empezamos a coger licitaciones, decían que nos íbamos a quedar con todo”, unos ataques que con los años se han ido aplacando al verse que “somos serias” y demostrar “nuestra capacidad para gestionar negocios”, defiende.
A sus 53 años, Salud Gómez puede presumir de haber salido de las listas del paro gracias a esta asociación de mujeres. Desde 2009 trabaja de camarera en el restaurante de la ‘playita’ todos los meses de verano desde que accedió a su puesto, el resto del año echa currículos “para ver si sale algo”. Ella es una de las socias de Zaharilla que no es natural de Zahara, ya que la asociación no se queda solo en lo local y también se inscriben mujeres de pueblos colindantes como Ubrique, Villamartín o Prado del Rey, como es el caso de Salud.
Hasta 2008 trabajaba en su pueblo en una fábrica de bolsos, pero ese año cerró por el auge de las importaciones chinas “que hicieron bajar la producción”, explica a lavozdelsur.es. Su incorporación al mercado laboral tras acabar en el paro fue casi inmediata, una vez entró como socia de esta asociación rural. “Lo que hacen por las mujeres y por la creación de empleo femenino es envidiable”, añade agradecida por la oportunidad brindada.
Uno de sus negocios más importantes, por la labor de conciliación que se ejerce, es la escuela de verano y la guardería –que abre en agosto- y que permite a las mujeres de esta asociación, pero también a madres y padres de los pueblos colindantes, dejar a sus hijos e hijas en esta escuela y así poder acudir al puesto de trabajo sin preocupaciones.
La escuela está en marcha desde 2013, un servicio que no es exclusivo para las mujeres de la asociación sino para toda aquella persona que lo necesite por su situación laboral. “Es necesario e imprescindible para que la gente pueda trabajar. En la escuela de verano se hace una labor muy importante porque esa problemática –la conciliación- existe para las mujeres, es una realidad patente”, advierte Colunga.
Entre sus aspiraciones se encuentra el ampliar su servicio de catering, que atiende a seis guarderías de la Sierra de Cádiz durante el curso escolar (Zahara, Ubrique, El Bosque, Espera, Villamartín y Arcos) y así aumentar la plantilla. Una iniciativa que aún están desarrollando. También han gestionado varios planes de empleo de la Junta y están pendiente de uno para un servicio de ayuda a domicilio que dará trabajo a nueve mujeres durante seis meses.
Además, explica Mercedes, la asociación cuenta con una bolsa de empleo de licenciadas y diplomadas formada por mujeres que estudian fuera y regresan a Zahara en verano. La asociación ejerce, en ocasiones, como empresa de formación y cuando las contratan para impartir algún curso o taller “tiran de esta lista”.
Varios reconocimientos regionales por su labor
“Nos conoce mucha gente y nuestro ejemplo se quiere trasladar a otras asociaciones y eso es estupendo porque el empleo es muy importante para la independencia económica y la autonomía de la mujer”, argumenta esta presidenta que en estos 20 años ha recogido ya varios premios en nombre de la Asociación Zaharilla. Entre ellos el premio Buenas Prácticas en Feminismo Rural otorgado por la Diputación de Cádiz; el premio Meridiana de la Junta de Andalucía o el premio Clara Campoamor, un “reconocimiento a la labor de tantos años donde por fin se hace visible a la mujer rural”, agradece Mercedes Colunga, recalcando que la apuesta por el empleo que hace su asociación es “vital para alcanzar la igualdad”.
“En un municipio como Zahara supone un orgullo contar con una asociación de mujeres de este calado, que han marcado historia en la provincia y que son un auténtico referente”. El recién elegido alcalde de este municipio serrano, Santiago Galván, valora así a lavozdelsur.es la existencia de Zaharilla.
Para Galván estas mujeres son “pioneras” por su ahínco en emprender y su “capacidad para innovar” con nuevas vías de empleo a través de esta entidad. “Dan empleo estable a muchas mujeres del pueblo y alrededores a lo largo del año y siempre nos van a tener a su disposición”, resalta.
El paso del tiempo les ha hecho ser también más visibles y “obtener su sitio”, aunque Mercedes asegura “tenemos que seguir luchando”.