Cuánta historia puede tener una chaqueta, cuántos avatares llenos de amor, de sufrimiento y de lucha. ¿Quién la llevó, qué guerras padeció, dónde acabaron los huesos de los que la llevaron para abrigar sus almas?
De los seis jerezanos que fueron asesinados en campos de concentración nazis, destaca la emotiva historia de El Panaderito, que hemos podido reconstruir a partir del testimonio del anarquista jerezano Miguel Vega Álvarez, que marchó al exilio francés.
El Panaderito era el apodo de Rafael Domínguez Redondo (aunque aparece en otras fuentes como Juan), un joven que trabajaba en la panadería familiar, situada en la calle Zarza, número 7, en el barrio de San Miguel, Jerez. A finales de julio de 1936 Rafael se tiene que marchar para que los falangistas no le matasen, quedándose a cargo de ese horno su hermana Eulalia. Hasta hace unos años esa Panadería era conocida como el “horno de Eulalia”, famosa por el rico pan que allí se elaboraba.
Militante de la CNT, El Panaderito tuvo que huir junto con el citado Miguel Vega y otros dos compañeros libertarios: Diego López Jarana y José Gata Arena. Para que las tropas sublevadas no les matasen tuvieron que salir corriendo de Jerez, por medio del campo, caminando de noche.
El Panaderito y Miguel Vega fueron compañeros inseparables durante la Guerra Civil, luchando juntos en el frente, hasta que en 1938 se separan. Domínguez, que está malherido, en la despedida le entrega en ese momento su reloj y una americana marrón a Miguel, para que no pasara frío. Es al término de la batalla del Ebro, y será la última vez que se vean. También le da una foto suya con esa chaqueta puesta.
Cuando acaba la guerra Rafael Domínguez cruza la frontera hacia Francia, y no tardará mucho en unirse a la Resistencia Francesa contra la ocupación alemana. Es apresado por los nazis, y trasladado a Gusen (Austria), el anexo del tristemente famoso campo de Mathausen, y asesinado el 15 de Enero de 1942, con sólo 26 años.
Vega se fugó de la cárcel en 1941, y a los pocos días se hizo una foto con la chaqueta de El Panaderito. Se ve a Miguel con un pañuelo de lunares al cuello, con rostro sufrido, forzando una leve sonrisa, más maduro.
Cuando el autor de este artículo conoce a Miguel Vega y le entrevista, en el año 2000, (en una reunión con militantes actuales de CNT Jerez) todavía se acuerda con viveza de su amigo asesinado por los nazis, y le tiembla la voz. Se sorprende de su suerte, tan paralela a la de su entrañable amigo, y se lamenta del horrible final de El Panaderito, criado con él en el barrio de San Miguel. Siempre lo tendrá en su memoria, y la foto con esa chaqueta marrón le acompañará eternamente en su mesita de noche.
Miguel falleció en el año 2006. Por fortuna, su hija Mari Carmen ha conservado fotos de su padre, y entre ellas dos muy valiosas que acompañan esta historia: la de El Panaderito con esa americana, y la de Miguel con el mismo chaquetón, unos años después.
“Mi padre lo conservó siempre, hasta que en Francia en 1960 se lo dio a un refugiado español que andaba muy mal de todo”. La chaqueta de El Panaderito es un símbolo de una generación de jóvenes jerezanos que dieron su vida por la libertad, la emancipación y contra el fascismo.
(Quiero agradecer a Mari Carmen Vega y al profesor Bartolomé Benítez los datos aportados para reconstruir esta historia. La mayor parte de los testimonios están en la autobiografía de Miguel Vega Álvarez, Episodios personales. Reminiscencias de la Guerra Civil Española, Edición de autor, 2001)