Andaluces por el mundo. Haberlos, los hay. Casi siete horas de vuelo y más de 7.000 kilómetros separan a Cristina Pina (1983) de Jerez, su ciudad natal. Ellas es una de las personas que viven con tres horas de diferencia. Desde hace cinco meses, esta maquilladora profesional experimenta una nueva vida en Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos. Aventura que comparte con ilusión en su cuenta de Instagram.
Delante de la cámara del móvil, la jerezana enseña a hacer el sombreado más fácil del mundo, unas pecas, o a ponerse colorete difuminado. También comparte propuestas de maquillaje para eventos y prueba productos de marcas reconocidas, desde sombras hasta pestañas postizas. “Me vine aquí por el trabajo de mi marido Gonzalo”, comenta desde Oriente Medio.
Él, natural de San Sebastián, pero afincado en Jerez desde muy joven, es jinete de doma clásica y está desarrollando un proyecto que está a punto de ver la luz. Mientras, Cristina continúa al otro lado del mundo desarrollando esta pasión que descubrió siendo pequeña.

“Yo empecé muy joven porque me crie en una peluquería, se me daba bien. Estudié estética mientras pensaba que quería estudiar y al final esa fue mi vocación”, comparte con lavozdelsur.es. Con el tiempo, montó su propio estudio, uno de los primeros en Jerez dedicado exclusivamente al maquillaje. Allí, estuvo en los últimos años impartiendo cursos de maquillaje y automaquillaje hasta que llegó la pandemia.
"Me vine por el trabajo de mi marido"
“Como teníamos pendiente este cambio de ciudad, decidí cerrar el estudio”, comenta Cristina, que aterrizó en Abu Dabi en agosto de 2024. Cinco meses han pasado desde que llegó a esta nueva ciudad desde la que se volcó en sus redes sociales. “Estoy haciendo cositas para redes porque tampoco quiero caer en el olvido. La vida da muchas vueltas”, expresa.
La maquilladora no solo vive esta experiencia con su marido, sino con sus hijos, Nico y Martín, de 11 y 8 años, que también tuvieron que adaptarse a los proyectos laborales de su padre. Ellos se forman en The Spanish School of Abu Dhabi (SSAD), el primer y único colegio español de Emiratos Árabes, a cinco minutos de su casa.


“El colegio es pequeñito y parece una gran familia. Allí estudian árabe e inglés todos los días. Yo quería que se adaptaran en un entorno más familiar y que, por supuesto, no perdieran su lengua”, explica la jerezana.
"Mis hijos van al único colegio español de Emiratos Árabes"
Según dice, la mitad de sus compañeros son de Abu Dabi y la otra mitad del resto del mundo. “No hay tanto español como parece. Ellos tienen clases y actividades donde solo se puede hablar español y otras donde solo pueden hablar inglés. Yo quisiera que aprendieran más idiomas”, comenta.
Entre barras de labio y eyeliner, Cristina indaga las tendencias del mundo del maquillaje en esta ciudad multicultural. “Hay de todo. Las mujeres locales no son muy diferentes a las europeas en cuanto a maquillaje o al menos lo que he conocido yo. Tienen mucha fama los maquillajes de ojos marcados, pero aún no he acudido a ningún evento para verlo”, sostiene.

Cristina se adapta a la capital con ilusión. En cada vídeo irradia felicidad y transmite su buena actitud ante los cambios. Desde el golfo pérsico comparte sus impresiones. “No he tenido tanto choque cultural como pensaba. Esas cosas te vienen un poco según las vivas y, sinceramente, me he rodeado de personas muy buenas aquí, y también tengo muchísimas amigas y amigos españoles que ahora mismo son como mi familia. Siento que por eso tengo mucha suerte”, señala.
También reflexiona sobre cómo han vivido sus hijos esta mudanza. “Los niños al final se adaptan mejor que los mayores, pero no ha sido fácil. Ahora miro atrás y todo me da vértigo”, dice la jerezana, que, de momento, desconoce si algún día regresará a Jerez.
Aunque reconoce que echan de menos a sus familiares, afrontan con entusiasmo este proyecto de vida al que se adaptan despacito y con buena letra. “Ha sido un cambio muy muy drástico, pero ya parece que empezamos a sentirnos más como en casa aquí”, añade.