Los vecinos de Gerena, en Sevilla, tienen grabada la escena, los alaridos, las vejaciones, los cuerpos desparramados en el cementerio, el olor a sangre, las caras blancas y desencajadas, la infamia de aquellas mañanas de unos días de noviembre de hace 81 años. 17 vecinas del cercano pueblo de Guillena fueron fusiladas en 1937, en plena Guerra Civil y después de que las tropas golpistas arrasaran la zona casi sin oposición. Después de ser detenidas meses antes, estas mujeres, de entre 24 y 70 años, eran en su mayoría esposas de huidos del pueblo, participantes en el gobierno del Frente Popular o simpatizantes de movimientos de izquierda, anarquistas, obreros. Se negaban en muchos casos a revelar el paradero de sus maridos, y debían quedarse en el pueblo a cuidar a sus familias.
Antes de subirlas al camión, torturadas, humilladas y rapadas, les dieron el paseíllo por su pueblo, donde había un campo de concentración que surtía de mano de obra al cortijo de Gambogaz, regalado por el franquismo al general Queipo de Llano ese mismo año, y que ahora pretende ser recuperado por las administraciones públicas bajo la presión de los movimientos memorialistas. Luego, horas, días más tarde, fueron asesinadas una a una sin piedad, arrojando sus cuerpos a la fosa común de la que décadas más tarde serían exhumados.
"Recuerda que desde donde estaban, desde la que es hoy ventana del despacho de la Alcaldía, podía verse el cementerio y todos ellos, aterrados, vieron los relampagones de las descargas de los fusiles una y otra vez. Aún no era de día cuando comenzó la matanza", rememoran desde la asociación memorialista 19 Mujeres de Guillena tras recopilar testimonios de testigos de la matanza.
Otras voces que vivieron aquel espanto relataron en su día a la asociación, como recogen en su página web, "una de ellas iba embarazada, con un barrigón así… Yo vi a aquellas mujeres. Yo no sabía que eran de Guillena. De eso me enteré al día siguiente (…). Eso pasó aquí… hicieron todo lo que quisieron (...) Yo escuchaba los chillidos que pegaban las mujeres allí. Había uno que se llamaba Moña, que las cogía y las arrastraba". En el libro Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla (1996-1963) José María García Márquez considera estos asesinatos "operaciones de limpieza", pues era la manera de cortar las ayudas y los vínculos entre estas sus mujeres y sus maridos, exiliados a Extremadura para seguir combatiendo en el frente republicano.
Una matanza en la querella argentina contra los crímenes franquistas
Hoy, los restos de las llamadas 17 rosas de Guillena—menos conocidas que las 13 rosas madrileñas— ya han sido recuperados, las pruebas de ADN evidenciaron que incluso una de ellas estaba embarazada de siete meses, pero nunca hubo justicia, algo parecido a la reparación frente a tanto daño gratuito. Es eso precisamente lo que llevan años buscando sus familias y la asociación para la recuperación de la Memoria Histórica 19 Mujeres de Guillena —dos de ellas finalmente fueron indultadas—. La recogida de testimonios que relatan las aberraciones que sufrieron —abusos hasta después de asesinadas— y las pruebas recopiladas durante décadas ponen nombres y apellidos a los autores del crimen múltiple propiciaron la interposición de una denuncia.
En 2016, tres documentos obtenidos en el Archivo General Militar de Ávila por el investigador González Tornero demostraban incluso que la ejecución de las 17 mujeres en 1937 fue planeada. “Eran sujetos peligrosísimos de filiación marxista”, aseguraban sus asesinos. El caso, de hecho, se incluye en la querella argentina contra los crímenes del franquismo. 81 años después de su asesinato, las 17 rosas de Guillena regresaron a su pueblo, a descansar en paz. En 2012, cientos de familiares, vecinos y autoridades homenajean a las represaliadas y las enterraron con honores. 17 cajas de madera, 17 rosas y 17 pequeños rótulos con el nombre de cada una salieron en procesión. El pasado 2017 incluso recibieron la medalla de oro de la Diputación de Sevilla. "Verdad, justicia y reparación", puede leerse en la placa colocada a la entrada del panteón en el que las mujeres descansan juntas desde hace seis años.
Estos son los datos de las mujeres de Guillena asesinadas por el franquismo que conserva la asociación memorialista 19 Mujeres de la localidad sevillana:
1 - Eulogia Alanis García, “la cunera”.
2 - Ana María Fernández Ventura, “la lega”. Vivía en el Portugalete. Tenía unos 29 o 30 años. Tenía dos hijos, Luciano y Manuela, que llevan los dos apellidos de la madre por ser madre soltera.
3 - Antonia Ferrer Moreno. Natural de Loja. Casada con Cristobal Barroso Rosado (Ronda). tres hijos. Antonio Barroso Ferrer, Francisco Barroso Ferrer y Manuel Delgado Ferrer.
4 - Granada Garzón de la Hera, “la gitana”. 41 años. Casada con Francisco Aguilera Hidalgo (asesinado), al igual que su hijo mayor, José (19 años). Tuvo nueve hijos. Natural y vecina de Guillena.
5 - Granada Hidalgo Garzón. Vivía en c/ Echegaray nº 6. Viuda. 70 años. Sabía leer.
6 - Natividad León Hidalgo. 52 años. Casada con Antonio León García. Tenía dos hijos; uno de ellos, José León León, baja en padrón municipal al igual que ella sin causa. Vivía en c/ Pablo Iglesias, nº32.
7 - Rosario León Hidalgo. 41 años. Casada con Francisco Prieto Lopez. Tenía tres hijos. Vivían en c/Pablo Iglesias. Nº 36.
8 - Manuela Liánez González, “la esterona”. Casado con Eduardo Rodríguez Membrilla. Fue detenida por no declarar el paradero de su marido, huido a la entrada de la tropas franquistas en Guillena. 46 años. Tenía dos hijas, Manuela e Isabel.
9 - Trinidad López Cabeza. 50 años. Tuvo ocho hijos (uno de ellos murió de pequeño). Fue detenida en su casa; su hija mayor se ofreció para ir en su lugar; no volvió a ver a su madre.
10 - Ramona Manchón Merino. 44 años. Casada con Antonio Palacios Garcia (asesinado), figuran 4 hijos. Vivian en c/ Agustina de aragon nº 23. Baja en padron sin causa.
11 - Manuela Méndez Jiménez. 24 años. Casada con Manuel Domínguez Garzón (desaparecido). Vivían en c/ Sevilla, nº 1. Dos hijos, José y Antonio, de cinco y tres años. Detenida por no revelar el paradero de su marido.
12 - Ramona Navarro Ibáñez. Casada con José María Macero Maya. 24 años. Con dos hijas, Antonia y Carmen. Vivia en c/ Pablo Iglesias nº 1. Baja en padrón municipal sin causa.
13 - Dolores Palacios García. 46 años. Casada con Antonio Hidalgo Garzón. Tenían nueve hijos. Vivian en c/ Pablo Iglesias nº40. Baja en padron municipal sin causa.
14 - Josefa Peinado López. 55 años. Casada con Manuel Peinado Gonzalez y vivian en c/ Pablo iglesias nº 3. Tenían dos hijos, Guillermo y Cipriano (ambos eliminados del Padrón municipal).
15 - Tomasa Peinado López. 61 años. Casada con Antonio Fernández Moray. Tenían cinco hijos, tres de ellos (Antonio, Francisco y Jose) fueron baja junto a ella del Padrón Municipal sin causa. Vivían en c/ Pablo Iglesias nº 54.
16 - Ramona Puntas Lorenzo. 52 años. Casada con German Franco Santiago (asesinado). Tenia una hija, Josefa. Vivian en c/ Ramon y Cajal nº 3. baja en padron municipal sin causa.
17 - Manuela Sanchez Gandullo. 57 años. Casada con Emilio Valdivia Puntas. Vivian en c/ cervantes nº 24. Tres hijos. Su marido fue un destacado miembro de Unión Republicana Local, no represaliado.