El rey Carlos IV aprobó, en 1799, la propuesta del brigadier e ingeniero director de Marina Tomás Muñoz que contemplaba el aumento de dos nuevos cuerpos de la torre almenara situada en la Isla de las Palomas de Tarifa, que sería coronada con un fanal (faro), pero no fue hasta 1813 cuando se encendió por primera vez el faro de Tarifa, después de que las Cortes de Cádiz decretaran su construcción dos años antes. Desde entonces ilumina las aguas del estrecho de Gibraltar, guiando con su luz al tráfico marítimo.
“El fanal se construyó sobre lo que en origen no era sino una primitiva torre almenara erigida a finales del siglo XVI en la Isla de las Palomas. Durante más de dos siglos esa primitiva torre troncocónica de sillares había servido para dar continuidad a las señales luminosas nocturnas y humaredas diurnas a lo largo de todo el litoral, pero no fue hasta finales del siglo XVIII cuando surgió el primer proyecto conocido para establecer en ella un fanal o linterna que sirviera de guía al tráfico marítimo”, escribe Juan Antonio Patrón, jefe del área de Desarrollo Sostenible de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), en un número de la revista interna de la institución, a la que pertenece el faro.
Hace unas semanas, la APBA informó de la adjudicación del proyecto de rehabilitación y acondicionamiento del antiguo edificio de viviendas anexo al faro de Tarifa a la empresa Caminos, Canales y Puertos, una actuación en la que se invertirán más de 600.000 euros, financiada por el programa 1,5% cultural —el sistema de ayudas del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) para la conservación del Patrimonio Histórico Español—, y cuyo proyecto ha sido elaborado por el estudio jerezano Salacal Arquitectura.
“Para nosotros era una oportunidad de intervenir en un edificio único”, explica Estanislao Cavanillas, propietario del estudio junto a Silvia Ramos, en declaraciones a lavozdelsur.es. “Geográficamente tiene una posición estratégica a nivel continental, es el edificio más al sur de Europa”, expresa él. “A mí me gusta decir que es el primero de la plataforma continental, me gusta verlo desde el otro punto de vista. Es un hito en el paisaje, en la geografía, es fácil de reconocer”, apunta Ramos.
El edificio que acogía las viviendas de los antiguos fareros, que data del siglo XIX, será rehabilitado y adaptado a nuevas necesidades, cada vez más digitalizadas, de la navegación marítima. Hasta se contempla la instalación de un punto de atención a visitantes y de un centro de interpretación de la Isla de las Palomas y del propio faro.
Vista aérea del faro de Tarifa, en una imagen retrospectiva. FOTO: APBA
“El reto que teníamos con este edificio, aparte de que constructivamente se tendrá que hacer en una isla y hay que llevar el material hasta allí, es que está sometido a unas condiciones climáticas extremas, porque combaten unos vientos fortísimos, hay salitre, hay sol…”, explica Cavanillas. “Aparte de recuperar la forma original, ha habido que tener mucho cuidado en la elección de los materiales, para que sean durables y el edificio vuelva a durar lo máximo posible en buen estado”, agrega.
El arquitecto de Salacal destaca la “suerte” que han tenido de trabajar con Juan Antonio Patrón, coordinador del Puerto de Tarifa y jefe de Desarrollo Sostenible de la APBA. “Es la persona que más sabe de la isla de Tarifa y del faro”. Silvia Ramos agrega que el libro escrito por Patrón, Tarifa, el faro más meridional Apuntes sobre la historia del primer faro del Estrecho de Gibraltar (Aljaranda, 2014), les ha sido de “gran ayuda”. “Teníamos parte de la investigación hecha porque la había hecho él”, relata, y añade: “El equipo que nos coordinaba —con Patrón al frente— estaba muy implicado. Nos hemos ido ilusionando cada vez más, aunque el encargo ya era ilusionante de por sí”.
“Se hace saber al público que desde el 15 de marzo de este año estará corriente en la torre de la isla de Tarifa un fanal provisional, compuesto de ocho mechas fijas de mecha circular, ínterin se da la competente elevación a la misma torre para colocar el fanal giratorio, según el plan aprobado por el Gobierno; lo que se advierte para comodidad y seguridad de los navegantes”, recogía la Gaceta de la Regencia de las Españas en su edición del 13 de marzo de 1813, dos días antes del encendido del faro de Tarifa, que desde entonces no ha dejado de cumplir con su importante labor.
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