"Nadie en Primor está fijo. Van cambiando a los trabajadores de empresa en empresa para que no tengan antigüedad y no hacerlos fijo", destapa Paqui, ex empleada de la perfumería Primor ubicada en Ronda y que se encuentra entre abogados tras ser despedida de manera improcedente según ratificó el Juzgado de lo Social Número 11 de Málaga el pasado 9 de mayo. "Tenían que reincorporarme, pero ellos recurrieron y ahí estamos. Todavía nada", asegura la joven de 32 años y natural de Alcalá del Valle.
Hace cuestión de un año que Paqui denunció a la cadena de perfumerías y cosmética malagueña después de que esta la despidiera al mes de afiliarse al sindicato de la CGT. "Decidí sindicarme porque yo quería ser madre. Y vimos que quien se quedaba embarazada, iba a la calle. Es decir, no cogía una baja por maternidad, sino que la dejaban en casa cobrando el desempleo. Y nosotras no queríamos que nos pasara eso", relata. Si bien ella y dos compañeras más se afiliaron a la CGT a finales de agosto de 2017, el despido le llegó el 21 de septiembre de ese mismo año tras denunciar a la empresa ante Inspección.
Algo parecido les ha ocurrido a más de 30 empleados del almacén central de Primor situado en el polígono de Trevénez en Málaga, que este pasado mes de agosto fueron despedidos fulminantemente. Pero, ¿por qué? "Los han echado por darle a 'me gusta' a algunos comentarios críticos con la empresa en las redes sociales. Les han dicho que es por eso, y obviamente eso es improcedente", contesta uno de los compañeros de los más de 30 despedidos. "Varios ya han denunciado, algunos van a juicio y otros no. Y hay quien también han aceptado lo que han acordado de indemnización", apunta. Además de la ola de protestas que tienen organizadas frente a las tiendas para exigir su readmisión.
A día de hoy en el almacén central de Primor hay una plantilla de 250 y 300 empleados, entre oficinistas, mozos, encargados... No obstante, todos tienen problemas de antigüedad, según señala un trabajador a lavozdelsur.es. "Allí hay gente que lleva ocho años trabajando para la cadena y que figuran como si llevaran solamente un mes", asegura. Como señalan estos dos empleados de Primor, la empresa funciona a través de otras empresas con nombres de lo más variopinto: China Red, Purple Sky, Vertical Down, Beauty Shine... "Y desde la propia empresa te obligan a autodespedirte para luego ellos renovarte al día siguiente en otro nombre de la empresa". Incluso entre los trabajadores concebían la cadena como una secta, de la cual es difícil salir.
Allí hay gente que lleva ocho años trabajando para la cadena y que figuran como si llevaran solamente un mes
Paqui destaca que, después de las protestas que ella misma ha protagonizado junto a otras compañeras, Primor ha llegado a hacer indefinida en la tienda donde ella trabajó durante tres años, a dos o tres empleadas. Si bien ella está vetada a poner un pie en el establecimiento, sus otras dos compañeras que también denunciaron a la empresa ante Inspección, una está de baja por depresión y la otra, que estaba de encargada, fue degradada —"la dejaron como un cero a la izquierda"—. Este medio ha intentado ponerse en contacto con la jefa de Recursos Humanos de Primor, sin obtener respuesta alguna por parte de la administración de la empresa.
"Allí se han visto algunas cosas que no son normales: insultos y humillaciones a los empleados...", comparte a lavozdelsur.es uno de los que todavía forma parte de la plantilla del almacén central en Málaga. La empresa, de carácter familiar y fundada en 1953, ha crecido de manera exponencial en los últimos años, ya que a día de hoy acumula más de 90 tiendas por toda la geografía española, con mayo presencia en Andalucía: Málaga, Granada, Córdoba, San Fernando, Motril, Roquetas de Mar, Jaén, Sevilla, Barcelona, Madrid, Jerez, Cádiz... No obstante, el crecimiento de la cadena se traduce en el incumplimiento de los “convenios laborales, los salarios y el tiempo de la jornada”.
"Cuando entré estaba contenta. Entré a jornada completa con un sueldo medianamente bien. Pero luego vas viendo que estás media hora demás, que el día que no cuadra la caja estás una hora de más, y esas horas extras no te la pagan", recuerda Paqui. Además de que no estaba contratada durante sus vacaciones, sino que la obligaban a cogerse la baja voluntaria, perdiendo así toda antigüedad. En el caso de su compañero que trabaja en el almacén, cobra unos 900 euros por 42 horas semanales, "de las cuales dos de ellas no me las pagan".
Por otro lado, informa de que "las jornadas no te las respetan en Navidad, las horas extras las tenemos que echar obligados. Trabajando de lunes a domingo sin parar. En las últimas Navidades me lleve cerca de un mes sin parar de trabajar. Tenías que ir sí o sí". No obstante, tras el revuelo mediático contra las condiciones laborales y la red de estafa que tenía montada la empresa malagueña, "están cambiando las cosas y ahora la han reducido a 40 horas y 30 minutos".
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