Es previa al 28F, Día de Andalucía, y en el centro social La Yerbabuena preparan una convivencia con ajo campero jerezano. En una de las mesas de este espacio, abierto hace tan solo un par de meses, algunos de sus miembros pelan rabanitos para la ocasión. En la barra, otros amigos hacen lo propio sirviendo algunos vinos de Jerez y botellines de Cruzcampo.
"¿Ponemos la música ya, no?", pregunta Juanlu, uno de los integrantes del colectivo, que se ha constituido como asociación cultural para poder llevar a cabo su actividad. "La idea inicial es que sirva como espacio cultural, que enganchemos a gente y vayan formando parte del proyecto", explica. La iniciativa, de carácter asambleario, rueda gracias a la colaboración de las mismas personas que dan vida al proyecto. "Si la gente no se adhiere, no funciona. Esta movida es horizontal", añade.
Algo similar opina Olga, que cree que Jerez necesitaba un espacio de estas características. "La respuesta ha sido muy fuerte, viene tanto gente joven como no joven. Es un lugar para exponer y presentar proyectos pequeños, cubrimos esa necesidad", cuenta junto a su perra Trini. Para ella, lo que La Yerbabuena busca es "poder expresarse libremente sin encajar en un rol más tradicional".
En esa vocación alternativa hace hincapié Inma, que también es autora del nombre de la asociación, dada en una asamblea el pasado mes de noviembre. "La Yerbabuena me evoca a Andalucía, a las abuelas, a los pucheros, es muy de aquí y también tiene un brote verde, con vocación ecologista", explica, enlazándolo también con el movimiento vegano y vegetariano. "Somos varios veganos participando y me gusta lo que el concepto aúna. Es nuestra esencia: una serie de valores y principios ecologistas y andalucistas. Somos un espacio alternativo abierto a todo el mundo, pero en el que hay opciones que mucha gente no puede encontrar en Jerez", concluye.
Amplia agenda cultural
Uno de los éxitos del centro social es su agenda, que cuenta con numerosos eventos para este mes de marzo. "Dábamos por sentado que iban a pasar meses antes de tener un volumen cultural como el que hemos tenido en enero y febrero. Sin embargo, ha sido un poco recíproco. No solo hemos buscado actividades, sino que también nos buscan a nosotros", explica Gonzalo, que esperaba un ascenso "más gradual". "Estamos súper contentos, hay oferta y ganas", añade.
Para continuar con la actividad, el centro social se abre a recibir propuestas de todo tipo vía Instagram y otras redes sociales. La asociación, que cuenta con un amplio salón interior donde acogen exposiciones y un pequeño escenario para eventos como presentaciones de libros, charlas o cine fórum, es también un espacio seguro para la comunidad LGTBIAQ+.
"Marzo es el mes de las mujeres y vamos a hacer bastantes actividades", cuenta Inma, que cita entre otras un taller de pancartas, una pinchada feminista, un encuentro con Susana Falcón y su obra 100 mujeres andaluzas: retratos del feminicidio franquista, o la presentación del último libro de Pastora Filigrana, referencia del feminismo gitano.
El colectivo, que también se define como anticapitalista y antirracista, también prevé recoger firmas en el proceso de Regularización Ya sobre las personas migrantes y se abre al diálogo con otros colectivos sociales de la ciudad. Para acercarse a sus iniciativas solo hay que acudir a la calle Siervas de María (Madre de Dios), donde se ubica el centro social, o echar un vistazo a su agenda cultural en redes sociales. La actividad no cesa.