Ha vuelto a ocurrir. La laguna de Santa Olalla, la laguna permanente más grande de Doñana y la última que ha mantenido agua en agosto, se secará por completo en un par de semanas, según los expertos científicos de la Estación Biológica de Doñana del CSIC.
Es la cuarta vez en la historia que esta laguna se seca desde que se tienen registros de ello, ya que está registrado que se quedó completamente sin agua en 1983, 1995 y el año pasado, tras el verano de 2022.
La Infraestructura Científica y Técnica Singular (ICTS) Reserva Biológica de Doñana, dependiente de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), dependiente del CSIC, actualizó hace unas semanas su cámara de seguimiento de la laguna para ver su evolución. Finalmente, el miércoles "se constató su completa desecación".
Desde que el centro de investigación comenzó a tomar datos sobre el espacio natural hace medio siglo, nunca antes esta imagen se había repetido dos años consecutivos, lo cual, según el CISC, "atestigua la grave situación en la que se encuentra el sistema lagunar de Doñana y, con ello, toda la biodiversidad que depende de él".
Para concienciar de la situación de sequía que atraviesa Andalucía y más especialmente el Parque Natural calificado como "la joya de la corona" de la comunidad andaluza, la Estación Biológica de Doñana y la ICTSRBD han instalado una cámara para poder seguir en directo el proceso que está sufriendo esta laguna.
La ICTS-Reserva Biológica de Doñana, a través del Programa de Seguimiento, ha constatado que el ciclo hidrológico 2021-22 ha sido el año con los niveles de precipitación más bajos de los últimos diez años (283mm), lo que no ha mejorado mucho el año actual, en el que las precipitaciones caídas han sido similares (337mm hasta agosto). Además, en ambos años se están registrando temperaturas máximas muy elevadas y la mayor temperatura media anual (18,53°C) registradas.
En este sentido, ha apuntado que estos factores "no son los únicos causantes del deterioro del sistema lagunar". En un estudio de la Estación Biológica de Doñana publicado este mismo año, con los datos recopilados durante 40 años, "se constata que el 59% de las lagunas de mayor tamaño de Doñana han desaparecido ya". Este fenómeno está "significativamente relacionado" con las altas temperaturas y el largo periodo de bajas precipitaciones que está sufriendo Doñana; pero "también con la sobreexplotación del acuífero que alimenta este sistema lagunar".
A este respecto, el CSIC ha subrayado que el 80% de estas lagunas se secaron antes de lo que se esperaría con los niveles de temperatura y precipitación registrados y el 84% se inundaron menos de lo previsto, lo cual evidencia que la actividad humana está alterando el equilibrio natural de las lagunas y está agravando el problema.