Lidl responde duramente a la organización que la acusa de vender pollo contaminado

La cadena señala que realiza "exhaustivos controles de calidad a lo largo de toda la cadena de suministro a través de organismos independientes y acreditados"

Imagen de un supermercado Lidl, que responde al Observatorio de Bienestar Animal.
Imagen de un supermercado Lidl, que responde al Observatorio de Bienestar Animal. CANDELA NÚÑEZ

Un análisis del Observatorio de Bienestar Animal (OBA) concluye que el 71% de las muestras de pollo de la cadena de supermercados Lidl está contaminada, tras analizar bandejas de establecimientos de España, Alemania, Italia, Polonia y Gran Bretaña.

Un total de 17 de las 24 muestras españolas, adquiridas en Valencia, Barcelona y Madrid, estaban contaminadas. Los productos eran cuarto trasero de pollo, pechuga de pollo, jamoncitos de pollo, alitas de pollo partidas sin punta y canal de pollo. 

Lidl, en respuesta a este estudio, ha remitido un comunicado a lavozdelsur.es, en el que asegura que "garantizar la calidad de nuestros productos es una prioridad para Lidl, extendiéndola a los propios procesos para garantizar que los productos conservan las mejores condiciones desde el proveedor hasta el cliente final".

La cadena señala que realiza "exhaustivos controles de calidad a lo largo de toda la cadena de suministro a través de organismos independientes y acreditados. De hecho, tal es nuestra prioridad, que nuestra política de compras (incluida la de productos cárnicos) establece límites más estrictos que los propios requisitos legales".

Así, considera que "las bacterias que una carne fresca de pollo pueda contener no son consecuencia del método de cría de nuestros proveedores en particular, sino que representan un reto general para toda la industria de la carne avícola. Además, en todos nuestros envases siempre especificamos de forma transparente que el producto debe ser cocinado completamente antes de su consumo y que es necesario cumplir con las normas de higiene durante el proceso".

Lidl agrega que todos sus proveedores cuentan con avales de certificación internacionalmente reconocidos, como International Food Standard (IFS) o el British Retail Consortium (BRC), que certifican los más altos estándares de calidad, y en especial la seguridad alimentaria.  Además, "tanto autoridades como servicios sanitarios también realizan controles de todos nuestros proveedores y de la carne de ave que comercializamos en nuestras tiendas", recalca.

Sobre el estudio del Observatorio de Bienestar Animal, Lidl asegura que "no es la primera vez que esta organización lanza una acusación a través de los medios de comunicación y sin contrastar su información previamente con nosotros". "De hecho, sus dos últimas denuncias resultaron ser falsas y en esta ocasión, contamos con certificados de análisis —realizados por Lidl y por nuestros proveedores a través de laboratorios acreditados— que contradicen categóricamente la información de su estudio".

La cadena de supermercados apunta que este análisis forma parte de una campaña que "pretende desprestigiar la imagen de nuestra empresa con información falsa y/o no contrastada. Y más teniendo en cuenta que, los artículos supuestamente analizados en este estudio son producidos por proveedores que suministran carne de pollo a una gran mayoría de las cadenas de distribución españolas".

Lidl asegura que se reserva el derecho de emprender acciones legales contra esta asociación para defender su honor y su reputación. "Desde hace un tiempo, esta entidad mantiene una cruzada contra Lidl con el único objetivo de presionarnos para formar parte del Compromiso Europeo del Pollo (ECC). Como empresa referente en bienestar animal, tanto en España como en Europa, apoyamos todas las iniciativas en favor de dicha causa, incluidos los objetivos que defiende el ECC —que compartimos y en los que ya estamos trabajando— si bien, solo nos podemos comprometer con aquellas medidas que tengamos la seguridad de poder cumplir de manera realista tanto en la forma como en los plazos en cada uno de los mercados", agrega.

La empresa señala que "para poder cumplir plenamente con las exigencias del Compromiso Europeo del Pollo de aquí a 2026, se necesita una amplia alianza de toda la cadena, entre el sector de la distribución, los productores, la industria avícola y las ONG, entre otros.  Así se ha trasladado desde el grupo Lidl a los representantes internacionales del Compromiso Europeo del Pollo (Open Wing Alliance) con los que se han mantenido varias conversaciones a lo largo de estos meses".

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