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Los jóvenes europeos que recogen basura por un futuro sostenible en El Puerto

Siru o Vlada son dos de las estudiantes de entre 18 y 25 años que se dedican a recoger residuos de las playas y de Las Salinas en un voluntariado gestionado por la Asociación Amigos de Europa Leonardo da Vinci (AELV)

Batida en la playa del Buzo en El Puerto.
Batida en la playa del Buzo en El Puerto. JUAN CARLOS TORO
24 de febrero de 2025 a las 20:25h

“¿Cómo se recicla aquí?”. Es la primera pregunta que hizo un grupo de jóvenes procedentes de diferentes países de Europa cuando llegó a El Puerto. Lito, Lucie, Lili, Siru, Vlada o Gemma, de entre 18 y 25 años, han viajado desde Ucrania, Lituania, Italia, Francia, Finlandia, Hungría o Chequia para participar en un voluntariado. Son chavales y chavalas concienciados con el medio ambiente que siguen aportando su granito de arena desde los pisos donde se alojan estas semanas.

Su principal cometido en este proyecto llamado Glocally Spain es la limpieza de playas y espacios protegidos. El viento sopla con fuerza en una mañana nublada en la que han recogido residuos en la playa de La Muralla y continúan en la playa de El Buzo. Ataviados con guantes y bolsas, realizan batidas para retirar aquellos objetos que no deberían estar en la arena. “Los microplásticos, si no se cogen, vuelven al mar”, dice José Manuel Daza, sevillano de 56 años, con un soldadito en miniatura en la mano. Él forma parte de la Asociación Amigos de Europa Leonardo da Vinci (AELV), que hace posible el desarrollo de este voluntariado en El Puerto.

Lleva trabajando con jóvenes de toda Europa desde 1998, cuando se fundó esta entidad privada sin ánimo de lucro, de la mano de participantes del programa de movilidad Leonardo da Vinci, financiado por la Comisión Europea. Casi treinta años practicando el inglés y entendiendo “aunque no me arranque” el italiano o el francés. Desde esta asociación, pone en marcha proyectos que tengan especial relación con el ecoturismo, turismo alternativo y rural, la agricultura ecológica y actividades medioambientales. Además, organiza programas de movilidad, tanto de envío como de acogida de jóvenes, como es el caso.

Detalle de los microplásticos que quedan en la arena.
Detalle de los microplásticos que quedan en la arena.   JUAN CARLOS TORO
Voluntarios de diferentes países durante la limpieza.
Voluntarios de diferentes países durante la limpieza.   JUAN CARLOS TORO

“El servicio de limpieza funciona bien en las playas, así que de donde más basura sacamos es en el espigón y en la zona de las salinas. El año pasado recogimos hasta un instrumento musical, y cigarrillos electrónicos. Por allí no pasa el servicio”, comenta José Manuel. A su lado, el grupo se agacha a coger cada intruso mientras el sevillano, afincado en El Puerto desde hace 28 años, comparte la historia de esta asociación que abarca toda Andalucía.

AELV nació en el marco de la Federación de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, sin embargo, cuando esta se disolvió en 2001, cada asociación continuó su propio camino. Desde entonces, promueve intercambios juveniles, prácticas de formación, programas Erasmus y proyectos integrados en el Cuerpo Europeo de Solidaridad. Este último se trata de un programa de financiación de la Unión Europea que crea oportunidades para que los jóvenes hagan voluntariado, tanto individual como grupal.

“Como nos iniciamos en esta federación, nuestro ADN es el tema medioambiental, casi todo está relacionado”, expresa frente al mar. Allí continúan con una de las actividades del proyecto, para el que recibieron más de 200 solicitudes de jóvenes de toda Europa con ganas de participar.

Los voluntarios recogen los residuos que se quedan en la arena.
Los voluntarios recogen los residuos que se quedan en la arena.   JUAN CARLOS TORO

De todas ellas, realizaron una preselección de 30 candidatos y, de ellos, tras realizar entrevistas a cada uno, eligieron a los 10 afortunados que estos días recorren las playas portuenses. A ellos se suman dos alumnos de un ciclo de formación medioambiental de Lora del Río, y tres chicas que realizan un voluntariado individual en la asociación durante nueve meses.

El grupo no solo se dedica a limpiar estos enclaves naturales, sino también participan en talleres de activismo medioambiental en redes o de reciclado. Vlada Artemuk, ucraniana de 21 años, es una de las jóvenes que entró en el Portal Europeo de la Juventud para buscar proyectos interesantes. “Me gusta mucho la naturaleza y España. Yo quiero hablar mucho en español, me encanta”, dice esta joven estudiante de idiomas.

Es su primera vez en este país, aunque ya había conocido la playa en algunos de sus viajes en familia. “En mi ciudad no tenemos playa, pero he visitado Egipto y Turquía”, comenta mientras enseña los residuos que ha encontrado. “No sé decirlo en español, pero es muy interesante”, añade abriendo la bolsa llena de restos de una lámpara china, un vaso del Burger King, una lata de Coca Cola y muchísimas colillas.

José Manuel lleva más de 30 años promoviendo intercambios europeos.
José Manuel lleva más de 30 años promoviendo intercambios europeos.   JUAN CARLOS TORO

“Está muy sucia”, lamenta. Cerca de ella se encuentra Siru, de 19 años, finlandesa afincada en Austria que estudia para convertirse en ingeniera de transición verde. “Es sobre sostenibilidad”, explica en un perfecto inglés. Para ella, es su primera vez en Cádiz, pero no en España. Ya había estado en Italia haciendo voluntariado. “Yo creo que este es mejor”, sonríe desde la costa, paisaje que solo puede disfrutar cuando viaja.

“La sostenibilidad es realmente importante para mí y yo amo España. Ahora no tengo que ir a la escuela porque es el semestre de descanso y pensé que era una buena opción venir aquí. Vine a hacer algo bueno para el medio ambiente”, comenta Siru, apasionada de los entornos naturales. “Cuando veo el mar yo puedo sentir la naturaleza dentro de mí. Me divierte estar en la naturaleza. Además, aquí hay sol”, dice.

Junto a ellas se encuentra Gemma, italiana de 28 años, que realiza un voluntariado individual en la asociación. Cuando el año pasado se graduó en Relaciones Internacionales, decidió empezar su doctorado en la Universidad de Cádiz, donde había estado de Erasmus. “He viajado muchas veces a España y quise volver porque me gusta mucho”, expresa.

Siru muestra los residuos recogidos.
Siru, una de las voluntarias del proyecto.   JUAN CARLOS TORO
Detalle de los residuos recogidos.
Detalle de los residuos recogidos.   JUAN CARLOS TORO
El grupo, durante la limpieza en El Puerto.
El grupo, durante la limpieza en El Puerto.   JUAN CARLOS TORO

Aunque su doctorado trata sobre derecho internacional y no tiene nada que ver con el medio ambiente, Gemma explica que siempre había querido hacer voluntariado, pero nunca había encontrado el hueco. “No tenía tiempo entre los estudios y cosas de la vida. Me salió la oportunidad y dije, ¿por qué no?”, dice. Para ella, es una forma de conocer gente y descubrir otras culturas.

A través de esta experiencia enriquecedora, los voluntarios también colaboran con el proyecto GLO (Observatorio Global de la Basura) del MarineLitterLab de la Universidad de Cádiz (UCA). Realizan muestreos de la basura recogida y la identifican con programas de inteligencia artificial.

Estos días, los jóvenes siguen disfrutando de la provincia de Cádiz. Aprendiendo y contribuyendo a un futuro sostenible.

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Patricia Merello

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